"Catástrofes y fin el mundo. Hay agoreros, que viven de eso, de su propia agonía. Catastrofistas a punto de ahorcarse, porque el mundo no ha entrado en recesión No es una apuesta nueva. Con esta demagogia barata del fin del mundo llevamos ya muchos años. Con el repicar de campanas de Wall Street, casi diez años. Y casi todos confunden el culo con las témporas. Confunden la composición y el peso de los diferentes valores en los índices y extrapolan la capitalización, en muchos casos exagerada, claro está, con la capitalización global del mercado. En los últimos cuatro años, por ejemplo, sólo han subido media docena de valores en Wall Street, los nuevos actores en la economía mundial como Apple (NASDAQ:AAPL), Google (NASDAQ:GOOGL), Amazon (NASDAQ:AMZN)...y el grueso restante se ha quedado a verlas venir. Son media docena de valores los que, en teoría, alcanzan capitalizaciones fantásticas, pero no la totalidad de la Bolsa USA. Conforme pasa el tiempo y se apuntalan sólidos datos de empleo y crecimiento aumenta el número de especialistas que vez más próxima la recesión en USA. Yo no lo veo así", me dice un analista londinense
Expertos como David Cano @david_cano_m señalaba hace unos días: Previsiones de crecimiento del PIB mundial. El escenario central sigue siendo un mantenimiento de la tasa de expansión. A medio plazo, la distribución se hace más platicúrtica y se sesga a la baja @IMFNews
Otro hilo más: La vuelta de la volatilidad a los mercados ya es una realidad. El número de días que el S&P 500 se ha movido más de un 1% al alza o a la baja este año es notablemente superior a 2017. Como se aprecia en el gráfico de Janus Henderson a continuación, la cifra para 2018 está en línea con años como 2013 y 2014, y con el histórico en general, pero el recuerdo de la calma chica de hace apenas 12 meses pesa en el sentimiento inversor. “Y los inversores se van a tener que acostumbrar a ello”, sentencia Oliver Blackbourn, gestor del equipo multi-activo de la firma, escribía Regina R. Webb |/Funds People
¿Tan decisivo es el Tesoro americano?
La principal causa de la debacle de la anterior semana es el Tesoro americano. El bono americano a 10 años tocó el 3,26%, su máximo en siete años. ¿Tan determinante es ese nivel para desencadenar una corrección? Desde DWS (DE:DWSG) muestran sus dudas. Como bien señalan, la mayor parte de las recientes subidas de tipos de interés se debieron a la subida de los tipos de interés reales, que ahora también se sitúan en su nivel más alto de los últimos 7 años. Y así se aprecia en el siguiente gráfico.
Para la firma alemana, esto sugiere que se avecina un sólido impulso económico y que la Fed está ajustando a un ritmo adecuado. Pero también ven razones para la cautela. Por un lado, porque es posible que el Tesoro americano esté sobrevendido a estos niveles. Varios factores técnicos, como el aumento temporal de las coberturas, están desapareciendo y las posiciones cortas han vuelto a niveles extremos como los vistos en septiembre.
Por otro lado, este repunte de la deuda también puede ser más un chivo expiatorio para los inversores de renta variable que se preocupan por otros riesgos, “comenzando por las tensiones comerciales mundiales que están a punto de estallar”. Y por último, no hay garantía de que los mercados de bonos hayan hecho las cosas bien. “Ni los inversores en bonos ni los bancos centrales son tan omniscientes como uno desearía a veces”, defienden desde DWS.
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Y otra visión, la Karen Ward, estratega jefe de mercados de J.P.Morgan AM para EMEA, que ha enumerado los siete cambios que –a su juicio- deberían hacer los inversores que quieran preparar sus carteras para una nueva fase del ciclo económico. Algunas hacen referencia a la estrategia que deberían seguir en renta variable y otras a los movimientos que deberían hacer en renta fija. En lo que respecta al posicionamiento en el mercado de acciones, Ward aconseja cuatro cosas:
1. Moverse hacia un posicionamiento neutral en renta variable, pero evitando las infraponderaciones.
2. Mantener una diversificación regional a la hora de invertir en renta variable.
3. Evitar sobreponderaciones en fondos que inviertan en empresas de pequeña y mediana capitalización.
4. Reconsiderar la sobreponderación en fondos que inviertan en valores growth. Añadir a la cartera productos que inviertan en acciones de calidad (quality) y value.
En renta fija, la estratega jefe de mercados de J.P.Morgan AM para EMEA hace dos recomendaciones.
5. Considerar la inversión en estrategias de renta fija flexible, que puedan moverse libremente a nivel regional, duración y riesgo.
6. Mantenerse en liquidez como apostar por estrategias de renta fija de corta duración podrían ser un lastre.
Por último, Ward señala un último aspecto que considera importante, el que es su séptimo y último consejo:
7. Valorar la inclusión en cartera de estrategias que presenten una baja correlación con los activos de riesgo.