Introducción. La consistencia emocional para el trading es el aspecto más crítico que debe tener en cuenta quien quiera dedicarse a esta actividad y sin embargo tiende a ser la parte más ignorada por los principiantes. Vamos a ir de la mano de tres grandes expertos en este campo: Eduardo Punset, abogado, economista y comunicador científico. Director y presentador del programa de divulgación científica Redes de TVE. Richard Davidson, es profesor de Psicología y Psiquiatría y doctor en Neuropsicología de la Universidad de Madison (Wisconsin). Daniel Goleman es psicólogo.
Caminar con ellos es un privilegio y si tú, estimado lector, vas a dedicar tiempo y esfuerzo a desarrollarte como trader y como persona, hay que buscar siempre a los pioneros que viven su vida con pasión y enriqueciendo al mundo con sus ideas. Somos conscientes de nuestra deuda de gratitud por su labor.
Las emociones son la esencia de la vida ya que sin ellas seríamos como máquinas y por eso nos acompañarán siempre, hasta el último día de nuestra existencia. El talón de Aquiles de las emociones es que necesitamos ver y tocar las cosas para comprenderlas mejor. Nadie duda que una forma de expresar el amor es materializándolo con un regalo, porque vivimos en una cultura caracterizada por la materialización de la experiencia y las emociones son reacciones del organismo que producen experiencias personales percibidas de forma inmaterial, lo que dificulta su conocimiento.
Lo anterior nos lleva a su segunda gran dificultad: la falta de hábito en analizarlas hace que sepamos poco de ellas. ¿Dónde están las emociones? En nuestro interior. ¿Cuántas emociones hay? Muchas. ¿Cómo se estructuran? De forma compleja.
Nuestras intenciones.
-En este artículo y en los siguientes queremos introducirnos en el rico mundo de los fenómenos afectivos que experimentamos dentro de nosotros.
-Explicar la ubicación de las emociones. Residen en el cerebro y tiene un claro lugar en el mismo, como lo tiene el corazón en la caja torácica y el estómago en el abdomen.
-En definitiva, queremos ayudar a cualquier persona que quiera conocer mejor lo que la pasa por dentro.
-Y todo lo anterior se concentra en una finalidad última: aportar un material útil para quien esté interesado en conocerse mejor a sí mismo y en desarrollar sus competencias emocionales, tan absolutamente necesarias para el trading, como hemos dicho al principio.
Situación de partida. ¿Cómo venimos al mundo? Sin libro de instrucciones, pero con un cerebro emocional muy poderoso que se desarrolla exponencialmente desde la más tierna infancia. Las emociones “nos atraviesan” desde los primeros años de la vida y nos definen como personas. Aquí se conforman los grandes patrones que nos rigen: el AMOR y la CURIOSIDAD (emociones positivas).
Nacemos inocentes, pero ya dotados de las emociones que nos ayudarán a conectar con los demás y a descubrir el mundo. Cuando somos niños nos guía la pasión por vivir. A partir de entonces ¿qué nos pasa? Aprendemos si somos amados y si merece la pena amar (reciprocidad).
Aprendemos si el mundo es un lugar que quiero explorar o, por el contrario, es preferible esconderse y cerrarse a los demás (emociones negativas). Hablamos ya de palabras mayores en la más tierna infancia. Si somos amados, si merece la pena amar, si es preferible abrirse y disfrutar o cerrarse a los demás. Hablamos ya de emociones positivas y negativas. De aquí que sea Punset quien nos brinda su primera conclusión:
“Los primeros años de la vida, son una vida entera”.
Punset avanza un paso y entra en el terreno de las emociones en la escuela. La ciencia, nos dice, corrobora ahora que la gestión de las emociones debería preceder/acompañar a la de los contenidos académicos.
“Los niños se juegan con esto su vida de adultos”.
Por eso, si en esos años, el entorno del niño es agresivo o inseguro, entran en modo de supervivencia. Esto les afectará física, pero, sobre todo, mentalmente y tenderán a desconfiar, a encerrarse en ellos mismos y a perder la ilusión.
Y esto nos pasa a todos los seres vivos: necesitamos sentirnos seguros y amparados, es decir, conectados con los demás.
Experimento. Fue realizado con monos recién nacidos que fueron separados de sus madres, durante unos días, y alimentados mediante un dispositivo que les suministraba leche. Uno de esos dispositivos era de alambre y el otro estaba recubierto de tela para hacerlo más cálido y se comprobó que los monitos que estaban sólo con la madre de alambre tenían sistemas inmunológicos más débiles. A los investigadores, lo anterior les resultó muy llamativo en una época en la que se decía que el contacto físico malcriaba a los niños y que las emociones tenían poco peso en nuestras vidas; que eran un lujo biológico del que podíamos pasar. Así establece E. Punset su tercera conclusión:
“Hoy día sabemos que más allá de la pura supervivencia, sólo crecemos mentalmente sanos si nuestras necesidades emocionales, en especial las de protección y afecto, están atendidas”.
Richard Davidson, nos aporta también sus dos principales reflexiones, extraídas de los estudios realizados por él mismo y su equipo en la Universidad de Madison (Wisconsin) y publicadas en su libro “El perfil emocional de tu cerebro”.
“La base de un cerebro sano es la bondad y se puede entrenar. O, dicho en otras palabras: creo en la amabilidad, en la ternura y en la bondad, pero debemos entrenarnos en ello”.
“Nuestro cerebro es un órgano construido para modificarse en respuesta a las experiencias”.
En una entrevista realizada a Davidson por el propio Punset, este le pregunta: Richard, resumamos lo que esperamos de la gestión de las emociones aplicada a las escuelas, a los niños, a la infancia en general. Y esta fue su respuesta. Esperamos poder enseñar a los niños “habilidades” para aprender a controlar y dominar las emociones negativas (EN), como son el miedo, la tristeza, la ira, la ansiedad, la inseguridad, etc.
Cuando ocurre una adversidad, esas EN (una o varias), florecen enseguida y el objetivo de la enseñanza de la gestión de las emociones es que no persistan más de lo necesario. Hay que enseñarles a que aprendan a DISIPAR rápidamente esas emociones negativas para volver al estado inicial. Esto es muy importante porque las EN interfieren en el aprendizaje de los niños. Y concluye:
“Un niño, un hombre o una mujer, pueden renunciar a sus placeres, pero sin gestión de sus emociones, serán incapaces de renunciar a su mayor sufrimiento: las emociones negativas”.
Un primer acercamiento al lugar donde residen. Las emociones se procesan en el cerebro donde se estima que hay unos 100.000 millones de neuronas. Lo veremos más detalladamente en el capítulo 11. Los tres referentes principales de las emociones positivas son la alegría, el amor y la felicidad, mientras que los de las emociones negativas son el miedo, la ira y la tristeza. En este universo también se observan algunas cuya ubicación (dentro de una familia de emociones), no es fácil de hacer. Así, tenemos por ejemplo la esperanza, que podría estar situada entre la tristeza y la alegría y otro ejemplo podría ser la frustración, situada entre la ira y la tristeza. La sorpresa es una emoción ambigua que puede activar tanto a emociones positivas como negativas.
Las actitudes y los valores (*), no son emociones en sentido estricto, pero tienen un componente emocional muy importante hasta tal punto que investigaciones recientes coinciden en considerarlas como fenómenos afectivos.
(*). Actitud. Es una predisposición a actuar a favor o en contra de algo o de alguien, generalmente como consecuencia de emociones. Los valores son guías para la acción que representan la implicación emocional en algo que pueda dar sentido a la vida.
En física se conoce como campo gravitatorio a un campo de fuerzas que representan la gravitación. En las emociones se puede considerar que existe también un campo gravitatorio y que las emociones básicas lo ejercen sobre el conjunto de las de su familia. Por ejemplo, el miedo crea un campo gravitatorio que permite agrupar en su órbita a otras emociones como temor, terror, pavor, angustia, etc., como señala R. Bizquerra en su libro “Universo de Emociones”. Este principio, añade Bizquerra, nos permite afirmar que en las emociones negativas (miedo, ira, tristeza) se produce un campo gravitatorio de extraordinaria potencia, lo que hace muy difícil escapar de estas fuerzas. Las emociones positivas no tienen un campo gravitatorio tan potente.
La teoría está servida. Las emociones negativas son más intensas, más frecuentes y más duraderas que las emociones positivas, lo que debe ayudarnos a comprender que hemos de hacer un esfuerzo mucho mayor para escapar de su influencia y aproximarnos a las emociones positivas. Y hay una razón para esto, que creemos es preferible que tú, estimado lector, trates de analizar ahora. Más adelante, te daremos la explicación correspondiente.
Los experimentos de R. Davidson de intervención en la escuela son muy interesantes.
Se diseñaron intervenciones muy específicas para incrementar en un grupo de niños, la cooperación, la compasión y el altruismo, con una fase de entrenamiento corta, de sólo 2 semanas, durante 30 minutos al día. Los resultados se midieron años después, cuando este grupo de niños era ya adolescente y los resultados fueron espectaculares. Estos adolescentes fueron mucho más cívicos y mejores estudiantes y otra de las conclusiones fue lo que se denominó como efecto “bola de nieve”: cuando antes realicemos la intervención tanto mejor, porque se incrementan las probabilidades de que sus consecuencias persistan durante un periodo de tiempo más largo.
En la Universidad de Londres, en la Facultad de Birkbeck, trabaja como psicólogo Jay Belsky, autor del libro: “Child in the Family”. Las principales conclusiones aportadas por sus investigaciones ponen de manifiesto como una crianza sin cariño y con una gestión deficiente de las emociones, puede desembocar en adultos con vidas problemáticas. Guarderías con personal sensible y atento fomentan el desarrollo cognitivo y lingüístico de los niños.
De no darse estas condiciones, tendremos niños más agresivos y desobedientes cuando se hacen mayores. Como dice Lawrence Pearson (LON:PSON), neurocientífico de la Universidad de Sheffield, les voy a dar un consejo para la vida:
“Debemos aprender a gestionar/controlar las emociones. Sin reprimirlas, pero también sin dejarlas que nos tomen de rehenes”.
E. Punset entrevista a Daniel Goleman, autor del best seller mundial “La Inteligencia Emocional”, publicado en 1995. Goleman afirma de forma rotunda que la clave para tener una mente excepcional y disfrutar de todo lo que hacemos en la vida, es la INTELIGENCIA EMOCIONAL (IE) a la que define como una capacidad de doble dirección: conocimiento y gestión. Por una parte, nos sirve para reconocer nuestros sentimientos y los sentimientos de los demás y por otra, nos proporciona el conocimiento necesario para gestionarlos. Llega a afirmar textualmente:
“Si no controlas tus emociones estresantes y comprendes las de los demás, si no puedes tener empatía y relaciones efectivas, entonces no importa lo inteligente que seas, no vas a llegar muy lejos.”
Lo más esperanzador viene cuando afirma que la IE puede ser fomentada y fortalecida en todos nosotros tomando conciencia y ejercitándonos. Y lo más importante es cuando nos transmite que la carencia de IE influye negativamente en nuestra vida proporcionándonos dos cosas muy destructivas: infelicidad personal y un pobre o mal desarrollo de nuestro potencial crecimiento profesional. David Goleman nos está urgiendo a buscar este tesoro. Jorge Bucay, el pensador argentino también va en esta dirección:
“No somos responsables de nuestras emociones, pero sí de lo que hacemos con ellas”.
Afortunadamente Goleman es más concreto, ya que hasta aquí nos hemos quedado con la miel en los labios, es decir, necesitamos más precisión. Nos dice:
“Ser inteligente a nivel emocional, es tener claro cuál es el sistema de valores adecuado para abrazarlo y cuál es el sistema de valores equivocados para rechazarlo o apartarse de él”.
Se adentra en el reto de hacer visible lo invisible y nos da pautas de amar a la vida, recorriéndola con nuestros sentidos en estado de máxima expectación: disfrutar del aire fresco de la mañana, de los colores intensos de la naturaleza, de una puesta de sol, de la inmensidad del mar, etc. Y concluye con otra propuesta verdaderamente excepcional.
“Cuando la naturaleza te transmita hermosura, no lo dejes en un mero acto contemplativo, traslada esa hermosura a lo que tienes entre manos; a lo que haces”.
En relación con el amor a los demás, la receta que nos brinda, no es en absoluto complicada. Se reduce a disfrutar de la compañía agradable de las personas de tu círculo familiar y el de tus amigos. Lo extiende a la cooperación con el resto de personas del mundo que sufren injusticias o desgracias de la forma que cada uno mejor considere, porque la cooperación muestra nuestra capacidad de establecer lazos de amor con estos colectivos desamparados, lo que es, en definitiva, una de las grandezas del ser humano.
Entre sus referentes, cita a personajes tan ilustres como Stephen Hawking, Charles Darwing o Alexander Fleming. Lee la frase de Darwing con mentalidad de trader:
“Las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más inteligentes, sino las que mejor se adaptan al cambio”.
En cuanto al sistema de valores equivocados, Goleman los centra en la fuerza bruta, la belleza y el dinero.
De la fuerza bruta ya tenemos bastantes ejemplos en la Historia como para rechazarla de plano, pero hay que tener cuidado porque nunca es tarde para que te fastidie un dictador. Siempre en compañía de otros. Suelen moverse en grupo, la unión hace la fuerza que logra acabar con los derechos humanos. Sobre el dinero se han escrito hasta siete cosas que pueden comprar con él y las otras siete a las que no te permitirá que accedas. Nos gusta la frase de la bellísima Mónica Bellucci: “La belleza dura cinco minutos”. Estos valores equivocados sólo nos conducen a competir y a llenarnos de ansiedad, se trata de valores perecederos que no nos ayudan a disfrutar de la vida.
Los estudios de Goleman lo llevaron hasta la práctica contemplativa de los budistas porque el objetivo de esta técnica es el del desarrollo de la mente y la pregunta de Punset era lógica. ¿Podemos aprovechar algo de esa experiencia? He aquí su respuesta: “Los orientales tienen una tradición muy antigua en la meditación y nosotros estudiamos sus prácticas contemplativas para ayudar a los niños a concentrarse.
“Los niños (y los adultos) somos muy dispersos (pensamos continuamente) y necesitamos ayuda para concentrarnos. La práctica contemplativa y la meditación son herramientas muy eficaces”.
Con el apoyo de estudios electrofisiológicos y de SPECT cerebral, la ciencia está descubriendo que la práctica contemplativa y la meditación que conlleva son un apoyo fundamental en el arte de gestionar las emociones.
Dag Hammarskjöld. Suecia 1905-Ndola, Federación de Rodesia, 1961. Fue Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) entre abril de 1953 y el 18 de septiembre de 1961, momento en que falleció al estrellarse el avión en el que viajaba para mediar en el conflicto de Katanga en el Zaire o Congo Belga. Existen indicios de que el aparato de Hammarskjöld no sufrió un accidente, sino que fue derribado. Semanas después, el diplomático y funcionario internacional recibió a título póstumo el Premio Nobel de la Paz de 1961.
“El viaje más largo es el que se hace hacia el interior de uno mismo”.
Y como dijo Jim Rohn, empresario y conferenciantes motivacional:
“Aprende a trabajar más duro en ti mismo que en tu trabajo. Si trabajas duro únicamente en tu trabajo podrás ganarte la vida, pero si trabajas duro en ti mismo ganaras una fortuna”.
Con lo expuesto hasta aquí, ya podemos establecer algunas conclusiones:
1ª. Un trader, hoy, parte de una delicada posición de inferioridad porque en la infancia nadie le habló del mundo emocional.
2ª. Más adelante, tampoco nadie le ha dicho que somos seres pensantes muy dispersos ni que esos pensamientos son los causantes de las emociones que sentimos. Que el cerebro tamiza toda la información que adquiere por vía sensorial (que es mucha) y que esa información la interpreta cada uno según “su manera de pensar”.
3ª. Que necesitamos de un esfuerzo extra (y puede que incluso de ayuda profesional) para conseguir la habilidad de concentrarnos y dirigir nuestra atención hacia un objeto externo.
4ª. Curiosamente, todo esto que nos falta es lo que vamos a necesitar en el mundo del trading, si queremos alcanzar la consistencia.
5ª. La Psicología Cognitiva o del pensamiento, una de las escuelas terapéuticas más eficaces del mundo para desarrollar y entrenar nuestra mente, nos dice que esto es posible con entrenamiento.
“Que nadie piense que convertirnos en personas sanas y fuertes desde el punto de vista emocional es fácil… porque en este aprendizaje nuestra colaboración es esencial.”