Clement Thibault
Tesla (NASDAQ:TSLA), el fabricante californiano de coches eléctricos y almacenamiento energético, anunciará sus ingresos del 2T de 2017 este miércoles, 2 de agosto, tras el cierre del mercado. El mercado espera un BPA de -1,94 USD, y 2.500 millones de USD en ingresos.
En febrero, antes del informe del 1T de Tesla, decíamos:
“Esperamos poco cambio por parte de Tesla [después del informe]... y de hecho seguramente no hasta que se conozca más información sobre la verdadera línea de tiempo de la producción del Model 3, que probablemente no se anunciará hasta más avanzado este año”.
En aquel momento, las acciones estaban en algo menos de 300 USD por acción. Anoche cerró en 319,57 USD, tras la “llegada” del Model 3 la semana pasada. ¿Cambia la disponibilidad física del coche realmente las cosas para Tesla?
Bienvenidos al “infierno de producción”
El Model 3 de Tesla se ha entregado por fin a los clientes. Bueno, al menos los primeros 30 coches. Y solamente su versión avanzada, la más cara.
El viernes pasado, Tesla patrocinó un evento celebrando la producción y entrega de estos primeros 30 coches. Sin duda esto es un hito para Tesla, aunque para la mayoría de los fabricantes de automóviles 30 coches de la línea de producción no sería algo espectacular y sin duda nada digno de celebrar en absoluto.
Pero es que Tesla —al menos para sus inversores y para los miembros del culto del carismático fundador de Tesla Elon Musk— no es un fabricante de automóviles común y corriente. Para ellos, el evento del viernes fue algo grande. Después de todo, la producción y entrega sigue siendo uno de los interrogantes más espinosos en torno a la viabilidad a largo plazo de la empresa.
Aunque Tesla ya está produciendo sus vehículos de gama superior Model X y S a escala limitada, estos 30 coches (50 si incluimos los que Tesla se ha quedado para hacer pruebas) son sólo la punta del iceberg. En el evento del viernes, Musk repitió que hay más de 500.000 pedidos de Model 3 en lista de espera de producción. También aseguró que, si pedimos un Model 3 ahora, nuestro coche se nos entregará a finales de 2018 o principios de 2019, en el mejor de los casos. Eso es bastante tiempo.
Antes de continuar, algunos datos sobre los coches. Se están vendiendo dos versiones del Model 3: un básico, el sedán de 35.000 USD y la versión de 44.000 USD, que tendrá una mayor autonomía de conducción entre repostajes. La función de conducción autónoma, una de las más esperadas de las características de los automóviles de Tesla podría ofrecerse como una opción, por 8.000 USD más.
El coche básico tendrá una autonomía de unos 350 kilómetros, mientras que la del modelo de gama alta será de unos 500 kilómetros entre repostajes. En comparación, el Chevy Bolt, el coche eléctrico de General Motors (NYSE:GM), tiene autonomía para unos 380 kilómetros, y asciende a 37.500 USD. Eso es bastante competitivo, a fin de cuentas.
Además, el Bolt ya está disponible al público. GM confirmó ayer que había entregado cerca de 2.000 coches el mes pasado, ascendiendo el número total de unidades de Bolt entregadas desde el pasado diciembre a más de 10.000.
Por el momento, sólo se están fabricando vehículos Model 3 de Tesla de gama alta. La producción de los más básicos, muy promocionado en el “mercado masivo” no comenzará hasta noviembre, y eso en el mejor de los casos. Un Model 3 de tracción a las cuatro ruedas de rendimiento aun mayor llegará al mercado durante la primavera de 2018.
Una de las cosas que Musk dijo en el evento de lanzamiento del viernes pasado sigue resonando con fuerza dado el número de pedidos pendientes y el plazo de producción detallado anteriormente. "Bienvenidos al infierno de producción," comentó entre risas al público presente. "Ahí va a ser donde estemos al menos seis meses, tal vez más”. Los medios se quedaron con el comentario, que se ha hecho viral.
Y con razón. Musk es sin duda consciente de que fabricar más modelos mientras siguen aumentando los pedidos supone un problema de producción. En las 22 semanas que quedan hasta 2018, Tesla espera aumentar la producción de 0 automóviles por semana a 5.000. Los inversores inteligentes han aprendido a no tomarse en serio los comentarios de Musk casi nunca, ya que el empresario tiende demasiado a menudo a adelantarse a los acontecimientos.
Musk está convencido de que él y la compañía que ha fundado pueden reinventar la manera de fabricar coches, automatizando completamente la línea de producción. Cree que su empresa en última instancia puede ser más eficiente que las potencias automotrices japonesas como Honda (T:7267) o Toyota (T:7203). Evidentemente, hay suficientes clientes e inversores que lo creen también, puesto que actualmente la compañía funciona totalmente gracias a las inyecciones de dinero en efectivo a través de una gran variedad de títulos de oferta y dilución de capital. Hablaremos más de esto más adelante.
Tesla también cree en la integración vertical. Quiere controlarlo todo: desde la fabricación a la venta, los servicios, la recarga, y la atención al cliente. Es mucho pedir, pero también refleja una vez más el convencimiento de Musk de que su manera de hacer las cosas es la única válida. Musk reconoce que puede gestionar y dirigir la operación vertical más eficientemente mediante una operación centralizada.
Eso es directamente opuesto a la forma en que las compañías de automóviles convencionales han funcionado durante mucho tiempo. Como regla general, todas las funciones excepto la fabricación se delegan a una subcontrata. En el área de la automoción convencional los vehículos se venden a través de concesionarios, a menudo se reparan en concesionarios o garajes de propiedad independiente y repostan en gasolineras que son propiedad de otras empresas.
A Tesla ya le han empezado a surgir algunos problemas para Tesla, aparte de la línea de producción. Se informado de algunas cuestiones, incluyendo problemas con el reembolso de los depósitos de 1.000 USD del Model 3. La empresa prometió que devolvería los depósitos "tres semanas después" de la cancelación del pedido. Sin embargo, según Wired, muchos clientes han esperado hasta tres meses para recibir su dinero. Este supuesto plantea interrogantes acerca de la capacidad de Tesla para gestionar no sólo las operaciones de fabricación, sino la infraestructura de soporte, especialmente porque Tesla sigue insistiendo en que lo administrará todo internamente.
Finanzas y fundamentos
Nosotros creemos que no hay nada en las finanzas o fundamentos de Tesla que justifique ahora mismo un precio de 320 USD por acción. Ni un solo parámetro fundamental.
Puede que la empresa venda unos pocos coches, pero está alimentada sobre todo de sueños. No digo que creamos que Tesla es un esquema Ponzi o que se dirige hacia la quiebra. Simplemente estamos enunciado los hechos.
Aunque hay verdaderos creyentes que están seguros de que Tesla cumplirá todas sus promesas, que se convertirá en una empresa automovilística y energética líder y que el precio de sus acciones no tiene techo, nosotros creemos que ésa es una visión romántica, por decirlo suavemente. Es nuestra opinión, una empresa debe ser juzgada como un negocio, y no ser evaluada en función de una visión quimérica.
La empresa está perdiendo dinero, mucho dinero. Se mantiene a flote mayormente gracias a las anteriormente mencionadas inyecciones de dinero. El trimestre pasado, Tesla cerró con un flujo de efectivo negativo de mil millones de USD entre operaciones e inversiones, compensado por una oferta de bonos de 1.000 millones de USD y 400 millones de una emisión secundaria de acciones.
El trimestre anterior parecía casi lo mismo, con 10.000 millones de USD en pérdidas por operaciones e inversiones, compensadas por otros 10.000 millones de USD de una oferta de deuda. Durante el 2T del año pasado, Tesla reunió 1.700 millones de USD de una emisión secundaria de acciones para financiar la operación.
En tres de los últimos cuatro trimestres, Tesla necesitó fondos externos para sobrevivir —miles de millones en fondos. Aun así, la empresa vale unos 55.000 millones de USD, una valoración superior a la de GM, Ford (NYSE:F), y Fiat Chrysler (MI:FCHA), todas empresas rentables que ya fabrican coches por cientos de miles.
Esto hace de Tesla una buena oportunidad de compra para los inversores posicionados en corto, pero éstos probablemente ya habrán aprendido la lección. El precio de las acciones de Tesla es impredecible y puede subir por capricho del mercado o tras cualquier tweet de Musk.
Como no existe ninguna justificación fundamental para que las acciones estén en 320 USD, ¿podría la falta de justificación fundamental impedir que las acciones lleguen a los 1.000 USD? No es posible.
Es por ello que, en nuestra opinión, Tesla no es buena opción ni en largo ni en corto. O juegas con la multitud y la emoción para comprar las acciones mientras suben con la esperanza de vender a tiempo, o esperas a que la realidad financiera dé la cara antes de unir fuerzas con los inversores en corto.
Nosotros no nos posicionaríamos en largo hasta que Tesla comience a funcionar como un negocio independiente y rentable: no más emisiones casuales de miles de millones de USD en bonos para financiar las operaciones, ni dilución de su base de accionistas. Si eso sucede, o cuando suceda realmente, reconsideraremos nuestra postura.