Un enjambre de zánganos ataca a Cellnex, IAG-Iberia, Enagás, etc.

Como recordarán, en el artículo publicado el pasado miércoles, hablábamos de drones y, entre ellos, también de un zángano de gran tamaño llamado AQR Capital Management, que con poco trabajo se sustentaba con lo ajeno utilizando la palanca de fuerza que supone tener en caja todo un arsenal de miles de millones de dólares-USA, concretamente 143.000 millones en este caso, pues todo parece apuntar a que este fondo americano con sede en Connecticut terminará llevándoselo crudo sin dar muchas explicaciones al personal y consiguiendo en el camino desplumar a muchos accionistas minoritarios incapaces de aguantar la volatilidad que están generando o van a generar sus ataques de venta en corto en valores como Telefónica (MC:TEF), Iberdrola (MC:IBE), Cellnex (MC:CLNX), Amadeus (MC:AMA), Aena (MC:AENA), Bankinter (MC:BKT), Santander (MC:SAN), etc.

Hoy me he tomado la molestia de mirar más a fondo en las tripas de nuestra querida CNMV y he encontrado la siguiente información que quiero darles a conocer, alertando al tiempo que, lamentablemente, es incompleta, pues nuestro organismo regulador sólo publica el nombre de fondos bajistas cuando estos superan una posición agregada igual o superior al 0,5% del capital social de la empresa en la que toman posiciones cortas.

Adicionalmente, esta información se ha recabado de empresas del Ibex 35, dejando para otra ocasión el más amplio y también frágil mundo del Mercado Continuo español.

Los resultados de mi arduo trabajo, como señalaba, se circunscriben exclusivamente al perímetro del Ibex 35 y han sido, salvo error u omisión, los siguientes:


Como ven, no me he encontrado con un solo dron/zángano de 143.000 millones de masa al despegue (en dólares USA), sino que he interceptado en el radar a todo un enjambre de aeronaves, todas ellas identificadas claramente por su correspondiente transpondedor aeronáutico del 0,5% de ventas en corto, pero es obvio que estos drones son sólo la punta del iceberg de un sinfín de objetos voladores no identificados, también llamados en el argot ovnis, que están operando ocultos al mercado, sin el transpondedor reglamentario, sin código de identificación, pues sus posiciones cortas agregadas no son superiores al 0,5% del capital social de las empresas cotizadas en las que toman posiciones y, por tanto, permanecen invisibles a nuestros ojos dado que nuestra CNMV no publica sus posiciones.

No, no me malentiendan como algún lector del artículo anterior, pues no estoy hablando de que el estado tenga que intervenir en el libre mercado de renta variable español, sino de que la autoridad competente impida prácticas irregulares como la manipulación del precio de las acciones cotizadas y que luche contra el abuso de mercado, pues lo que sí que está ocurriendo aquí es que un nutrido grupo de compañías anglosajonas tienen el mercado de renta variable español intervenido con grandes masas de capital, masas que se antojan infinitas dado el volumen de títulos que nuestro depauperado Ibex-35 está negociando a diario durante este delicado periodo del estado de alarma, lo que permite disfrutar a estos fondos de una posición dominante en la que pueden controlar y dirigir los precios hacia el abismo, hacia las profundidades donde se encuentra el pozo del que extraen sus Ibex-dólares tras desplumar a todos los inversores minoritarios una vez que consiguen que estos entren en pánico vendedor, momento que ellos aprovechan para recomprar sus posiciones.

Y hablo de presunta posición de abuso de mercado porque, fíjense ustedes, sólo en dos valores, Iberdrola y Cellnex, estos fondos bajistas han vendido recientemente casi 1.000 millones de euros de acciones en corto, lo que equivaldría aproximadamente al valor total que se negociaría en 10 días de bolsa en relación con los valores mencionados. Pueden ver estos números en la tabla que les adjunto y, para mayor seguridad, también pueden contrastarlos en la página web de la CNMV.

Yo no me jugaría 1.000 millones de euros si no tuviese una información sensiblemente mejor, por no decir privilegiada, de la que pudiese disponer el resto del mercado, incluyendo la información a la que tienen acceso los accionistas minoritarios.

Espero que nuestras instituciones simplemente valoren esta situación, a todas luces abusiva, y hagan cuanto sea pertinente para proteger los ahorros de los inversores.

No se lo pongamos fácil a aquellos que tienen intervenido el mercado y que operan, a mi entender, en el dudoso filo de la legalidad vigente, manipulando presuntamente el precio de las acciones y abusando de su poder económico sin escrúpulos, y lo que es peor, sin ningún control real más allá de su presencia en una lista de la CNMV.

Tomen nota y observen que ninguno de los fondos arriba listados están bautizados con nombres del tipo Pepe Alonso& Pérez Martinez S.L o similar.

En fin, que el desagradable zumbido de este enjambre de drones zánganos que planea sobre el Ibex-35 atacando a nuestras empresas se escucha lamentablemente en la lengua materna de Shakespeare; y mira que a mí me gustaba William cuando era joven.

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