¿En qué momento pasamos de sentirnos inspirados por grandes traders especuladores e inversionistas de mercados a sentirnos decepcionados con nosotros mismos? En el momento en que nos comparamos con otros.
Usamos los logros de otros como métricas para medirnos a nosotros mismos y para medir nuestro desempeño en los mercados financieros, fatal error para nuestra vida; tal vez lo hacemos de forma consciente o inconsciente, pero perseguimos historias con grandes resultados y, una vez las conocemos, decidimos que queremos eso para nuestra vida, sin saber que seremos presos de los estándares que se crearon en ese instante.
¿Has pensado que, tal vez, puedes lograr mejores resultados que aquellos que te inspiraron en primer lugar? ¿Cómo podemos lograrlo? Cambiando el enfoque inicial a la hora que escuchamos una historia de éxito.
Razona conmigo esta historia de éxito financiero, por lejos una de las más inspiradoras, la historia del especulador Jesse Livermore, logró una de las fortunas personales más impresionantes, era agresivo, la inversión a largo plazo no era lo que buscaba, fue autodidacta, apostó en corto en la crisis de 1907 y desde allí saltó a la fama bursátil, increíblemente quebró y volvió, posteriormente a amasar una fortuna, y no hizo una sola vez esto de quebrar y recuperarse... ¡Lo hizo tres veces! Convirtiéndose así en una persona impresionante en los mercados.
Una historia que inspira a lograrlo ,¿no? Inspira a lo que es posible. Ahora, veamos esta historia desde el enfoque comparador: ¿Por qué él logró tanto, lo hizo posible, y yo aún estoy estancado? ¿Por qué si él logró tantos millones yo no he podido lograr unos pocos miles? ¿Qué sabía él que yo desconozco? ¿Por qué si hago lo mismo no logro tener lo que él tuvo? Desde este enfoque nos ponemos debajo de él, nos sentimos inferiores y carentes, imposibilitando así el aprender de su historia. Te pregunto a ti: ¿Cuántas veces al día haces lo mismo con cualquier persona en el entorno bursátil? Y más aún, ¿con quién te estas comparando y sintiéndote inferior?
Vamos ahora a ver esta misma historia desde el enfoque inspirador más adecuado: Preguntemos, ¿Qué hacía cada vez que quebraba para recuperar la fortuna perdida? ¿En qué se autoeducó? ¿Cómo especulaba? ¿Cómo escogía sus trades? Si bien el monto de su fortuna es impresionante no se compara con lo impresionante de su manera de especular, lo primero no fuese posible sin lo segundo. Al realizar las preguntas correctas dejamos de sentirnos inferiores o carentes y recibimos respuestas claves que podemos usar para catapultar nuestra habilidad, y tener mejores resultados que aquellos que nos inspiran. Aprendiendo de la experiencia (basada en ensayo y error) de otros, acortamos así el tiempo que nos tomará lograr lo que buscamos.
Un claro ejemplo de un mejor resultado, en este caso, sería amasar una enorme fortuna sintiéndonos plenos, eufóricos y llenos, rodeados de personas amadas y con el deseo de vivir cada día, y hago énfasis en esto último: Con el deseo de vivir cada día.
Este artículo es un pequeño homenaje a la persona que me enseñó mas desde sus errores que desde sus aciertos, Jesse Livermore.