Si algo nos está enseñando este inicio de 2022 sobre el mundo de las criptomonedas, es que debemos estar preparados para esperar lo inesperado. Si pensábamos que iban a ser unos días tranquilos, los últimos acontecimientos invitan a no bajar la guardia ante cualquier viraje momentáneo. Lo importante es pensar en el largo plazo e intentar ver un poco más allá del ruido diario que hay en los mercados. Ejemplo de ello fueron las noticias sobre los disturbios de Kazajistán, que más allá del riesgo político que puedan conllevar, sacudían el mundo cripto, durante unos días, por el peso que tiene el país en la minería de estos activos.
Resulta difícil de creer que las subidas vayan a mantenerse de forma infinita. De hecho, todo apunta a que tendremos otra corrección, y los ciclos en el mercado de las criptodivisas nos han enseñado que hay que estar preparados para todo tipo de correcciones. Debemos ser conscientes de que la última que hemos vivido no puede considerarse como tal si la comparamos con otras pasadas. En este sentido, el inversor que esté considerando aumentar su exposición, el porcentaje de su cartera o simplemente comprar más criptoactivos, deberá tener en cuenta que las posibilidades de que sufra graves pérdidas no son pocas.
Es necesario analizar y comprender cada proyecto en el que se decide invertir para que dicha operación merezca la pena a largo plazo. Por ejemplo, lo ocurrido en 2021 con la minería en China suscitó mucha preocupación en su momento, pero lo que obtuvimos como respuesta es la resistencia que están mostrando las criptodivisas. Muchas veces nos despertamos con noticias muy preocupantes que alteran el mercado, pero al poco tiempo se vuelve a recuperar cierta normalidad.
Esto demuestra la flexibilidad existente por parte de la red y de los actores que participan en ella para adaptarse y trasladar sus operaciones de sitio, jurisdicción o país. En este sentido, hay que lanzar una lanza a favor de la infraestructura de las criptomonedas. Kazajistán se convirtió en el segundo país más importante en torno a este activo tras la prohibición de la minería en China, prácticamente de la noche a la mañana.
¿Es Bitcoin un contrapeso a los activos tradicionales?
Otro debate interesante es cómo, con asiduidad, se proponen las criptodivisas, y Bitcoin en particular, como una alternativa al resto de activos y mercados ante la inflación. Sin embargo, la realidad es que muchas veces se acaban comportando, al contrario, como una acción con una beta muy alta a la que las noticias buenas le mejoran las perspectivas y las negativas bajan el precio.
Algo anecdótico cuando lo que se estaría buscando originalmente es lo contrario, un activo no correlacionado con el resto de los mercados. El debate recae en si se están convirtiendo en una acción con una beta muy alta en vez de ser ese activo alternativo que se busca.
La premisa cuando surgieron las criptodivisas era precisamente la contraria. Las iniciativas que pretenden desligar los riesgos de la infraestructura de las criptodivisas deberían acompañar y reforzar ese papel que se supone que los criptoactivos están llamados a jugar. Es cierto que este comportamiento es llamativo: mucha gente da el primer paso pensando que van a ser un activo no correlacionado que les permita desligarse del resto de su porfolio y encuentran que cuando hay bajadas en las criptomonedas que poseen, ocurre al revés, se acentúa su pérdida.
Como he mencionado anteriormente, tenemos que acostumbrarnos a que los ciclos de las criptodivisas son muy extremos. Pasamos de la euforia irracional al criptoinvierno.
Institucionalización de las criptomonedas
En una entrevista a Sam Bankman-Fried, fundador de FTX, comentaba que, para entender el mundo de las criptodivisas es muy importante distinguir la mentalidad que podemos tener en Europa y en EE. UU. respecto a la regulación. En otras jurisdicciones, dicha regulación juega en contra y lo que se busca es escapar de las instituciones de las que se desconfía. Debemos entender por qué lo que puede ser atractivo en ciertas jurisdicciones, no lo es en otras. Sin duda, según veamos más turbulencia en los mercados, si la inflación termina siendo persistente y llega a dispararse, algunos países seguirán los pasos de institucionalización de las divisas como El Salvador mediante iniciativas que lo que buscan es hacerse atractivos para la inversión extranjera.
También se habla de ciertos retrasos en la regulación europea, MiCA. EE. UU. es la referencia y los pasos que se den allí tienen mucha importancia. Cuando tengamos un marco mucho más claro por parte de EE. UU., muchos inversores institucionales decidirán si dar pasos adicionales. Para ellos, que se vayan dando estos pasos seguirá ayudando a que haya una mayor aceptación.
Puede ser que inicialmente haya reacciones negativas en función de lo restrictivas o no que sean las nuevas normas, pero al final todo lo que contribuya a avanzar para aclarar el marco jurídico y el entorno en el que deben moverse los inversores respecto a las criptomonedas, será positivo. Se trata de un proceso en el que se darán pasos poco a poco, pero que se vaya aportando claridad y que la regulación avance es parte del camino. Todavía quedarán unos años, pero es importante, inevitable y, a la larga, positivo.
Posibles IPOs y perspectivas para 2022
Si entrásemos en el criptoinvierno, la tendencia que observamos de salidas a bolsa por parte de empresas del mundo cripto, además de entidades que compran criptomonedas y las añaden a su tesorería, descarrilaría. Uno debe ponerse en los zapatos de un director financiero o un CEO de una empresa cotizada en EE. UU. Su deber con respecto a los accionistas es maximizar el precio de sus acciones, por lo que si tener iniciativas en criptomonedas o tener parte de la caja en cripto va a ser bien recibido por su base de accionistas y eso implica que va a subir el precio de la acción, en ese caso tienen un deber de mirar al sector, de adoptarlo y de ver qué pasos deben tomar. Están prácticamente obligados.
Aún se trata de un mundo que, por la falta de regulación, los accionistas no conocen y prefieren no posicionarse, por lo que toman una debida distancia. Es verdad que los que han adoptado esta nueva cultura de inversión tienen el deber de encontrar las ideas adecuadas para que repercutan positivamente en el precio de las acciones. Si el rally se prolonga, seguiremos viendo iniciativas de este tipo y algunas nuevas que nos sorprenderán. Si hubiésemos hecho predicciones a principios del año 2021, no hubiésemos acertado lo que al final han sido las noticias del año. Por ello, cuando hagamos balance una vez finalice 2022, habrán surgido nuevos proyectos que ahora mismo no imaginamos.
Así, aprendemos una lección muy importante con lo pasado en el pasado año. A pesar de que han surgido proyectos interesantes con subidas muy importantes, hay poca duda de que Bitcoin y Ethereum han venido para quedarse y seguirán siendo el rey y el príncipe. Por tanto, y con la mirada en el largo plazo, aquel que quiera tener criptos en su cartera, deberá tenerlos en cuenta ya que podemos dar por seguro que en 2022 seguirán siendo los grandes dominadores del mercado.
Para el resto: diversificación; ser prudentes; ser consciente de los riesgos que conlleva la inversión; y adoptar una mentalidad del largo plazo. Hay que tener muy claro cuánto uno puede dedicar de su cartera a estos activos para que no dañe al total y que se pueda permitir tener retornos negativos durante cierto tiempo.