Llegamos al primer test importante en el índice tecnológico Nasdaq 100. Después de una importante corrección superior al 23% desde sus máximos históricos en el entorno de los 7.700 puntos, el debate aún se centra en si conseguirá retomar su tendencia originada en 2009 o, por el contrario, hemos visto sólo la primera parte de una corrección que podría llevarse por delante buena parte de las ganancias originadas desde 2016.
Lo más destacable en el corto plazo es que ya ha alcanzado la tangencia con la directriz bajista que une los últimos máximos decrecientes, lo que podría provocar cierta consolidación a corto plazo, pero no me sorprendería que siguiera avanzando en busca de los 6.870 puntos.
Sí atendemos a la estructura de las caídas desde máximos podemos identificar dos segmentos bajistas destacables. El primero, de aproximadamente un 14,5%, que para que sea recuperado de forma proporcional debemos ver ascensos hacia los 6.870/6.895 puntos, una recuperación de un 17%. Considero que ese es el entorno a batir para que tome cuerpo algo más que un rebote y se aleje la posibilidad de un amenazante potencial patrón bajista en forma de cabeza y hombros.
Para recuperar todo el tramo bajista hasta máximos deberíamos de ver una recuperación superior al 30%. Aún queda mucha tela que cortar, pero el índice tecnológico aún cuenta con el beneplácito que supone la directriz inferior del canal que mostramos en el gráfico semanal adjunto, canal ascendente que viene acotando a la perfección los ascensos desde 2011. Está banda inferior podría ser considerada como la línea divisoria que separa un escenario de reanudación alcista de uno correctivo más amplio, por lo que por el momento podemos concluir que el mando sigue del lado de los alcistas.
En el más estricto corto plazo no habrá ningún signo de debilidad destacable mientras no pierda los 6.565 puntos y sobre todo los 6.455.