En un escenario en el que Estados Unidos, Japón y la Unión Europea no son capaces de crear inflación ni acercarse al objetivo fijado del 2%, la cuestión es si finalmente se atreverán sus respectivos bancos centrales a poner toda la carne en el asador, es decir, el helicóptero del dinero, que viene a ser imprimir billetes para financiar crecientes déficits públicos.
La respuesta de Mario Draghi siempre ante esta cuestión es la misma: es una posibilidad no exenta de dificultades, tanto legales como institucionales.
El Banco Central Europeo sigue en su loable empeño de crear inflación. El Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA) lleva desde el año 2014 presentando tasas de variación interanuales cercanas a cero e incluso negativas. Para lograr crear inflación ha llevado a cabo medidas convencionales y no convencionales, sin éxito por el momento.
¿Pero le quedan aún en la recámara balas de cierta garantía? Bueno, depende como se mire.
Una opción sería acumular reservas internacionales, algo habitual entre los Bancos Centrales. Consiste en comprar divisas extranjeras a cambio de euros. Lo que sucede es que se faltaría al compromiso adquirido de no intervenir en el mercado.
Otra opción sería el helicóptero financiero, imprimiendo dinero para incrementar la oferta monetaria de manera sostenible en el tiempo. El problema aquí es que nadie sabe realmente qué consecuencias o resultado produciría.
Finalmente, la clásica, recortar más aún si cabe los tipos de interés, opción que tiene poco margen de maniobra y poca utilidad a estas alturas de la película.
¿Qué dividendos tenemos esta semana? El lunes Renta 4 (MC:RTA4) con 0,03836 euros/acción y el miércoles Catalana Occidente (MC:GCO) con 0,29010 euros/acción.
¿Y los mercados? Nada nuevo, fase correctiva desde que tocaron sus respectivas resistencias. Es cierto que en Wall Street surgen ya voces que auguran caídas del S&P a la zona de los 1950-2000 puntos y que arrastraría consigo a las Bolsas europeas.
De momento calma, ninguna Bolsa europea ni norteamericana ha perdido alguna de sus zonas niveladoras, por lo que mientras eso no suceda no parará de una mera fase correctiva. En el caso de que se pierdan las zonas de referencia ya habrá ocasión de empezar a hablar de un nuevo frente o escenario.