Pekín, 1 ene (EFE).- El presidente chino, Hu Jintao, abrió el año 2012 prometiendo mayor cooperación de China con la comunidad internacional, especialmente en la dura tarea de la recuperación económica mundial, así como con la ya tradicional llamada a un acercamiento con la "isla rebelde" de Taiwán.
En los dos discursos con los que el mandatario suele abrir cada ejercicio -uno hoy ante el resto de líderes comunistas y otro televisado para toda la población, en la Nochevieja- coincidió en señalar que tanto la segunda economía mundial como el mundo se enfrentan a un año difícil que requerirá denodados esfuerzos.
"La inestabilidad y la incertidumbre en una recuperación de la economía mundial van en aumento, los asuntos internacionales y regionales se suceden uno tras otro, y la paz y el desarrollo del mundo se enfrentan a oportunidades y retos sin precedentes", señaló en su discurso de fin de año, emitido por el canal CCTV y también por la radio estatal.
Para China, aseguró, el año que comienza requerirá "una aceleración de la transformación del desarrollo económico del país" que exigirá "ajustes estructurales".
Pese a ello, China seguirá buscando un "crecimiento económico relativamente rápido" en el que deberá combatir, como en 2011, los peligros de la inflación, recalcó Hu.
En el difícil contexto internacional, el jefe de Estado, que en octubre dejará la secretaría general del Partido Comunista y dentro de un año la presidencia del régimen, aseguró que China mantendrá en 2012 "intercambios de amistad" con otros países y participará positivamente en la comunidad mundial mediante la cooperación.
Hu aseguró que en un mundo en el que aumenta la multipolaridad y la globalización, "donde los países cada vez son más interdependientes", China está ya activamente implicada en la comunidad internacional, con el fin de impulsar el crecimiento de la economía global.
Como en años anteriores, Hu se refirió en el discurso a Taiwán y destacó que China seguirá "impulsando un desarrollo pacífico de las relaciones a través del Estrecho de Formosa" y "buscando el beneficio mutuo de los compatriotas a ambos lados".
En esta ocasión, sin embargo, sus palabras hacia Taiwán fueron moderadas y no se oyeron conceptos como el de la ansiada "reunificación", algo que se enmarca en el momento de distensión que Pekín y Taipei protagonizan debido al gobierno nacionalista de Ma Jing-yeou en la isla (aunque la continuidad de éste depende de las elecciones del 14 de enero).
Después, en el discurso con los líderes comunistas, pronunciado en la recepción de Año Nuevo en el Gran Palacio del Pueblo, Hu reiteró hoy sus llamadas a grandes esfuerzos para garantizar un 2012 estable para China, y pidió un "fortalecimiento de la confianza" nacional para cumplir los objetivos fijados para este año.
Para ello el país debe "continuar adhiriéndose al camino del socialismo con características chinas", destacó Hu ante la cúpula comunista, incluido el vicepresidente Xi Jinping, llamado a tomar la dirección del Partido en octubre y ocupar la presidencia en marzo de 2013.
Entretanto, la prensa oficial china analizó el año 2012 jugando con las leyendas que le atribuyen un carácter apocalíptico, y señalando que el año "probablemente no será el último, pero sí el más duro".
La inflación de 2012, especialmente en el sector de la vivienda, el mal estado de los mercados de valores chinos -pese a que éstos influyen menos en la economía real nacional que en Occidente-, la bajada de las exportaciones y otros factores hacen que muchos vean con pesimismo los próximos 12 meses, señala la agencia oficial Xinhua.
Incluso hay expertos en el país, como Zhou Xiaozheng, de la Universidad Popular de Pekín, que ven en las visiones apocalípticas de 2012 como resultado de "la creciente incertidumbre y la presión" de los ciudadanos, tanto en China como en el resto del mundo. EFE
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