Washington, 24 ene (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, presentó hoy en su discurso sobre el Estado de la Unión un plan "para construir una economía que dure", que tendrá entre sus pilares una subida de impuestos a los más acomodados y nuevas medidas en el sector energético.
En su alocución ante ambas Cámaras del Congreso, Obama planteó "un país que lidera al mundo en la educación de su pueblo, que atrae una nueva generación de manufacturas de alta tecnología...un futuro en el que controlamos nuestra propia energía... una economía hecha para durar, donde se recompensa el trabajo duro y se premia la responsabilidad".
El plan busca promover la innovación manufacturera y la creación de empleo en estos sectores en territorio estadounidense, alentar el crecimiento del sector de las energías limpias y la independencia energética y fomentar la educación.
Pero también considera que todos los estadounidenses deben comportarse bajo las mismas reglas y recibir oportunidades, y por ello propone una reforma del sistema fiscal de modo que los más pudientes aumenten su contribución al erario público: aquellos que ingresen más de un millón de dólares deben contribuir al menos el 30 por ciento de sus ingresos.
"Debemos dejar de subsidiar a los millonarios", sostuvo Obama en su discurso.
Para subrayar este mensaje, reclutó a la secretaria del multimillonario Warren Buffett, Debbie Bosanek, una de las invitadas a presenciar la alocución desde el balcón de la primera dama.
Buffett hizo famosa a su secretaria al defender el año pasado que los ricos pagaran más impuestos, al poner de relieve que las reglas fiscales en EE.UU. son tales que, proporcionalmente, su secretaria paga mucho más al erario público que él. Esa propuesta ha pasado a conocerse como "la regla Buffett".
La cuestión ha cobrado nueva actualidad ante la polémica en torno a la declaración de impuestos del principal precandidato presidencial republicano, Mitt Romney, quien hoy hizo públicas sus cuentas de los dos últimos ejercicios fiscales y revela que obtuvo en total unos ingresos de 42 millones de dólares y pagó en torno al 14 por ciento en impuestos.
Ello es posible porque en EE.UU. las ganancias del capital, que representan típicamente la mayor parte de los ingresos de los más ricos, están gravadas en torno al 15 por ciento, mientras que los salarios, el principal ingreso de un trabajador, pueden llegar a cotizar hasta el 35 por ciento.
En su discurso, Obama afirmó que ofrecer igualdad de oportunidades es "la cuestión clave de nuestra época".
"Es hora de aplicar las mismas reglas a los de arriba que a los de abajo: ni planes de rescate, ni dádivas, ni escapatorias. Un EE.UU. que vaya a durar insiste en que cada uno asuma sus responsabilidades", destacó el presidente estadounidense.
En el cuarto año de un mandato caracterizado por los duros enfrentamientos entre demócratas y republicanos, el presidente aseguró: "colaboraré con cualquiera en el Congreso para dar impulso (a estas ideas)".
Pero, advirtió también: "combatiré la obstrucción con acciones y me opondré a cualquier intento de volver a las mismas políticas que nos llevaron a esa crisis económica en primer lugar". EFE