Lara Malvesí
Bruselas, 9 oct (EFE).- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, dejó hoy claro que no recurrirá a la capacidad de la institución para imprimir más billetes y que la salida de la crisis queda en manos de los Gobiernos de la eurozona.
Draghi, durante una comparecencia hoy ante el Parlamento Europeo (PE), se mostró moderadamente optimista sobre el futuro del euro y las perspectivas de crecimiento de la Unión Europea (UE), un horizonte que volvió a condicionar a las "dolorosas pero necesarias reformas" que realizan los países y "que sufren los ciudadanos europeos, especialmente los que han perdido su empleo".
En su comparecencia ante la Eurocámara, Mario Draghi insistió en que "el BCE no puede comprometerse a la financiación monetaria ni sustituir la acción de los Estados miembros".
"Sería muy fácil pensar que el BCE puede reemplazar a los gobiernos e imprimir más billetes, pero eso no va a pasar", señaló Draghi, al tiempo que añadió que Frankfurt -donde tiene su sede la institución- "ya ha hecho suficiente" en la crisis, además de recordar su mandato de guardián de la inflación.
También se mostró inflexible sobre el cumplimiento de unas "condiciones estrictas" por parte de los beneficiarios del plan de intervención de compra de bonos para países con dificultades de financiación.
Draghi recordó que el BCE sólo actuará cuando un país solicite la ayuda de los fondos comunitarios de rescate y se someta a sus condiciones.
Según el economista italiano, la condicionalidad garantiza que el BCE no incumple su mandato centrado en mantener la estabilidad de los precios y asegura que no se compensa a un país que no haga todo lo necesario en materia de ajuste fiscal.
Por otro lado, se refirió a las perspectivas de crecimiento en el mismo día en que el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticara que la eurozona volverá a crecer en 2013, pero sólo lo hará el 0,2 %, tras la contracción del 0,4 % prevista para este año.
El presidente del BCE advirtió de que la actividad económica en la zona euro será "débil" en el futuro próximo y de que la recuperación será "muy gradual".
"No creo que haya una gran diferencia entre el análisis del FMI y el nuestro", aseguró Draghi, quien auguró datos negativos para el tercer trimestre del año.
Para el presidente del BCE la eurozona está asentando unas bases de estabilidad para el futuro, al tiempo que subrayó que pese a lo "dolorosas" que pueden ser esas reformas, se trata de medidas necesarias para recuperar la senda del crecimiento.
"Soy plenamente consciente de los efectos del proceso de ajuste en los ciudadanos, especialmente en los que han perdido su trabajo o están en riesgo" de perderlo, apuntó el economista italiano.
Se declaró "convencido" de que "los países más débiles saldrán reforzados de la crisis".
En este sentido, el exgobernador del Banco de Italia (2006-2009) dijo que "espera" que los Veintisiete "reafirmen su compromiso con la irreversibilidad del euro dando una visión a largo plazo de la unión económica y monetaria" durante los próximos Consejos Europeos de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebrarán los próximos 18 y 19 de octubre, y 14 de diciembre, en Bruselas.
Por último, Draghi alertó sobre una posible tardanza en la puesta en marcha de la llamada "unión bancaria" y señaló que el BCE necesitará un plazo de un año para adaptar sus estructuras y ser capaz de asumir la tarea de supervisar los bancos de la eurozona.
"Lo importante es que el reglamento del Consejo entre en vigor en enero de 2013", señaló Draghi, en referencia al texto que los Estados miembros deben acordar como punto de partida de la unión bancaria.
En ese esquema está incluida la figura el supervisor único, del que depende la posibilidad de recapitalizar bancos con problemas directamente desde los fondos comunitarios de asistencia financiera y, por tanto, sin suponer una carga para las finanzas del país, un asunto en el que España ha mostrado un gran interés. EFE
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(Para más información del Parlamento Europeo www.euroefe.com)