Andrés Sánchez Braun
Tokio, 12 abr (EFE).- La Bolsa de Tokio cerró hoy una semana eufórica merced al ambicioso plan de inyección de liquidez anunciado por el Banco de Japón, cuya dimensión hace difícil prever hasta dónde puede llegar el optimismo que ha disparado al Nikkei en las últimas ocho sesiones.
Hasta el cierre de hoy, el selectivo tokiota ha avanzado más de 1.400 puntos, un 12,3 por ciento, desde el pasado miércoles, día en que arrancó la reunión mensual de política monetaria del Banco Central nipón, la primera presidida por el nuevo gobernador de la entidad, Haruhiko Kuroda.
Al día siguiente, cuando se anunció el esperado y prometido paquete de medidas de relajación monetaria, la dimensión del programa para sacar a Japón de la deflación y del estancamiento económico tomó por sorpresa incluso a los inversores más optimistas.
"Todo el mundo quedó sorprendido por las políticas aprobadas por Kuroda", reconoció a Efe Motoshige Ito, profesor de economía en la Universidad de Tokio y presidente del National Institute for Research Advancement.
El Banco de Japón (BOJ) dio un importante giro a su política, instrumentalizada en los últimos tiempos a través de los tipos de interés interbancario, y anunció que duplicaría la base monetaria, es decir, el dinero en circulación y las reservas que las entidades mantienen en la propia entidad emisora, de aquí a 2014.
Activar la imprenta de billetes de manera tan drástica y a un plazo tan corto resulta algo casi inédito, y por ello sus efectos a medio y largo resultan difíciles de anticipar.
"Creo que el mercado está aún en proceso de digerir el plan anunciado, que no es fácil de absorber a bote pronto, por lo que veo difícil predecir el rumbo que va a tomar el Nikkei", añade Ito.
Otros analistas consideran en cambio que Kuroda ha sacado todas las cartas de golpe, y que por ello a partir de ahora el parqué tokiota empezará a analizar los resultados tangibles que empiecen a aflorar de las políticas del BOJ y del Gobierno de Shinzo Abe, en vez de avanzar a golpe de pura expectativa.
"A corto plazo, no creo que el Nikkei mantenga el ritmo de subidas que hemos visto hasta ahora, y pienso que tampoco será fácil que se mantenga en el nivel actual. No quedan muchas medidas que Kuroda pueda anunciar", explica Masaya Sasaki, economista del Nomura Research Institute.
Sasaki considera que la pronunciada escalada de esta última semana es la continuación de la tendencia que se inició a finales del año pasado y recuerda que el índice Nikkei comenzó a remontar desde la línea de los 8.000 puntos en noviembre, ante las expectativas de un cambio de Gobierno.
Por aquel entonces, Abe, que ya se perfilaba como vencedor de las generales programadas para diciembre, desplegó un ambicioso programa económico que los expertos dieron en llamar "Abenomics" y que desde entonces ha alimentado las expectativas de los inversores.
"Pero a partir de ahora las miradas se van a centrar en la estrategia en sí, en las llamadas tres flechas (más flexibilización, mayor gasto público y medidas para favorecer el crecimiento) del "Abenomics", y en los efectos que empiece a tener en la economía real y en los resultados de las empresas", dijo Sasaki.
"Si una vez que se concrete el contenido de esa estrategia, dicho contenido está por debajo de las expectativas del mercado, obviamente veríamos una depreciación de los valores bursátiles", añadió.
La política de Abe también ha traído consigo una considerable depreciación del yen desde finales de 2012 (del 30 por ciento con respecto al euro y del 25 por ciento con respecto al dólar) que ha alentado a la plaza tokiota por su efecto en las exportaciones, que suponen el 40 por ciento de la economía nipona.
""Abenomics" es una política dirigida al ámbito doméstico y la caída del yen es un efecto derivado, y por lo tanto es difícil decir donde va a estar el límite de esa caída", explicó por su parte Ito.
El analista ve aquí también "una corrección", dado que el yen tocó máximos históricos coincidiendo con el terremoto de Japón de 2011 y el recrudecimiento de la crisis de deuda europea, y por ello considera que empieza a retornar a un nivel de cambio más "normal" en sintonía con los signos globales de recuperación moderada. EFE
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