Tokio, 3 jun (EFE).- El primer ministro nipón, Shinzo Abe, aseguró hoy, durante la clausura de la V Conferencia Internacional para el Desarrollo de África (TICAD), que "ahora es el momento de invertir en África", un continente en el que "se asienta el crecimiento".
Abe, que durante los últimos tres días se ha reunido en la localidad de Yokohama, al sur de Tokio, con cerca de 40 representantes y presidentes de países africanos en el marco del evento, consideró que África se encuentra "en un nuevo inicio".
En la conferencia, que se celebra en Japón cada cinco años desde 1993, los participantes, entre los que se encuentran el Banco Mundial y las Naciones Unidas, adoptaron el compromiso de incentivar el crecimiento, el comercio, la inversión o la igualdad de género en el continente africano.
"Fortaleceremos el desarrollo económico a través de las infraestructuras, los recursos humanos, la diversificación económica y de promover el crecimiento impulsado por el sector privado", detalló la declaración conjunta publicada hoy.
En este sentido, durante el evento, Japón anunció la concesión de un paquete de ayuda de capital mixto a África para los próximos cinco años por valor de 3,2 billones de yenes (24.500 millones de euros).
El monto incluye además una partida de 650.000 millones de yenes (unos 5.000 millones de euros) destinados para la construcción de infraestructuras tales como redes de comunicación o energía.
Al margen, Japón anunció un paquete de 100.000 millones de yenes (766 millones de euros) para la lucha antiterrorista y el desarrollo humanitario en el Sahel.
"Creo en la estrategia de establecer una relación ganadora" con África, aseguró Abe, en un aparente movimiento por incrementar su presencia e intereses en el continente, con importantes recursos naturales aún por explotar, y en el que China cuenta con inversiones muy superiores a las de la tercera economía mundial.
Durante la conferencia, las empresas niponas mostraron por su parte su preocupación por la seguridad, una de las principales barreras para la inversión, sobre todo tras el asalto terrorista en enero a una planta en Argelia en el que murieron diez japoneses. EFE
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