Londres, 5 dic (EFE).- El Banco de Inglaterra mantuvo hoy sin cambios, una vez más, los tipos de interés en el Reino Unido, en el mínimo histórico del 0,5 %, y tampoco modificó su programa de compra de activos para reactivar el mercado crediticio.
El Comité de Política Monetaria de la institución, gobernada desde el pasado julio por el canadiense Mark Carney, optó por no variar los tipos ni el llamado programa de "alivio cuantitativo", dotado actualmente de 375.000 millones de libras (unos 442.000 millones de euros) para la compra de bonos públicos y privados.
La decisión del Comité respecto a los tipos se conoce en medio de algunas señales alentadoras en la economía nacional, que han avivado las expectativas de que la economía pueda crecer alrededor de un 1 % durante este trimestre.
De nuevo, los analistas habían vaticinado que los tipos volverían a mantenerse intactos después de que Carney -el primer extranjero en ocupar este cargo- revelara el pasado agosto que se mantendrán en su valor actual, al que llegaron por primera vez en 2009, hasta que se reduzca el desempleo al 7 %, del 7,5 % actual.
El nuevo gobernador del Banco de Inglaterra ha ligado por primera vez los tipos a la tasa de desempleo, en lugar de a la inflación, y ha introducido una nueva estrategia llamada "guía de previsión", que consiste en informar al mercado de la futura evolución de los tipos para dar estabilidad y evitar excesivas especulaciones.
Así, se calcula que los tipos de interés en el Reino Unido podrían mantenerse en su mínimo histórico del 0,5 % hasta 2016, a no ser que la inflación, actualmente en el 2,8 %, se dispare.
El anuncio del Banco emisor británico se conoce después de que el ministro de Economía, George Osborne, indicara hoy que la economía británica crecerá un 1,4 % en 2013, por encima del 0,6 % previamente pronosticado.
En una declaración en la Cámara de los Comunes, Osborne precisó también que el Producto Interior Bruto (PIB) del Reino Unido aumentará un 2,4 % en 2014, frente al 1,8 % previsto.
El ministro compareció ante los diputados para presentar su Declaración de Otoño, en la que expone sus prioridades presupuestarias para este curso parlamentario, con acento en la austeridad y que prevé sucesivas caídas de endeudamiento público hasta alcanzar superávit en el ejercicio de 2018. EFE
El Comité de Política Monetaria de la institución, gobernada desde el pasado julio por el canadiense Mark Carney, optó por no variar los tipos ni el llamado programa de "alivio cuantitativo", dotado actualmente de 375.000 millones de libras (unos 442.000 millones de euros) para la compra de bonos públicos y privados.
La decisión del Comité respecto a los tipos se conoce en medio de algunas señales alentadoras en la economía nacional, que han avivado las expectativas de que la economía pueda crecer alrededor de un 1 % durante este trimestre.
De nuevo, los analistas habían vaticinado que los tipos volverían a mantenerse intactos después de que Carney -el primer extranjero en ocupar este cargo- revelara el pasado agosto que se mantendrán en su valor actual, al que llegaron por primera vez en 2009, hasta que se reduzca el desempleo al 7 %, del 7,5 % actual.
El nuevo gobernador del Banco de Inglaterra ha ligado por primera vez los tipos a la tasa de desempleo, en lugar de a la inflación, y ha introducido una nueva estrategia llamada "guía de previsión", que consiste en informar al mercado de la futura evolución de los tipos para dar estabilidad y evitar excesivas especulaciones.
Así, se calcula que los tipos de interés en el Reino Unido podrían mantenerse en su mínimo histórico del 0,5 % hasta 2016, a no ser que la inflación, actualmente en el 2,8 %, se dispare.
El anuncio del Banco emisor británico se conoce después de que el ministro de Economía, George Osborne, indicara hoy que la economía británica crecerá un 1,4 % en 2013, por encima del 0,6 % previamente pronosticado.
En una declaración en la Cámara de los Comunes, Osborne precisó también que el Producto Interior Bruto (PIB) del Reino Unido aumentará un 2,4 % en 2014, frente al 1,8 % previsto.
El ministro compareció ante los diputados para presentar su Declaración de Otoño, en la que expone sus prioridades presupuestarias para este curso parlamentario, con acento en la austeridad y que prevé sucesivas caídas de endeudamiento público hasta alcanzar superávit en el ejercicio de 2018. EFE