Londres, 22 jun (EFE).- El Gobierno británico presentó hoy un
duro ajuste presupuestario con el que la coalición de conservadores
y liberal-demócratas quiere reducir en el plazo de cinco años el
abultado déficit del Estado, estimado actualmente en torno a los
155.000 millones de libras (unos 176.000 millones de euros).
El plan incluye recortes en el gasto social e incrementos
impositivos y fue presentado ante la Cámara de los Comunes por el
ministro de Economía, George Osborne, que calificó las medidas
incluidas en el nuevo presupuesto como "duras, pero justas".
"Los años de deuda y de gasto han hecho que esto sea inevitable",
dijo Osborne en referencia a los últimos 13 años de gobiernos
laboristas y con el objetivo de justificar el ajuste más severo de
las cuentas del Estado británico desde la década de 1980.
Osborne anunció una prórroga de la congelación salarial en el
sector público durante dos años para quienes cobren anualmente más
de 21.000 libras (25.300 euros), la suspensión durante tres años de
las ayudas por hijos y la eliminación de los incentivos familiares
en el caso de hogares con ingresos superiores a las 40.000 libras.
Los recortes en derechos sociales afectarán a amplios sectores de
la población, porque también implican una aceleración del proceso
para retrasar la edad de jubilación a los 66 años y una limitación
de las ayudas de vivienda para los sectores más desfavorecidos.
Además, las personas que reciben subsidios por minusvalía deberán
someterse a nuevos exámenes médicos para valorar su situación.
Todo ello forma parte de una reestructuración presupuestaria con
la que el Gobierno que lidera el conservador David Cameron quiere
ahorrar 11.000 millones de libras hasta el año fiscal 2014-2015.
La única concesión del nuevo presupuesto fue el aumento de la
tasa básica impositiva para las personas físicas, que se incrementa
hasta las 7.745 libras anuales, lo que beneficiará a 880.000
personas que a partir de ahora no tendrán que pagar impuestos.
"Es un presupuesto de emergencia, así que déjenme hablarles con
claridad de la emergencia que afrontamos. El Gobierno de coalición
ha heredado de su predecesor el mayor déficit presupuestario de
cualquier economía en Europa, con la excepción de Irlanda", dijo
Osborne.
"Una de cada cuatro libras que gastamos es prestada. Lo que no
hemos heredado de nuestros predecesores es un plan creíble para
reducir este déficit récord", señaló.
De no tomarse estas medidas para reducir el déficit, argumentó
Osborne, la credibilidad del país en los mercados internacionales se
verá afectada, con "catastróficas" consecuencias.
Otras medidas de calado macroeconómico del presupuesto tienen por
objetivo estimular la actividad de las empresas, generar empleo,
incrementar los ingresos del Estado y evitar nuevas crisis.
A partir de enero, el Gobierno introducirá un nuevo impuesto a
los bancos, mientras que el 4 de enero de 2011 el IVA pasará del
actual 17,5% al 20% por ciento, lo que generará unos ingresos
anuales de 13.000 millones de libras (14.820 millones de euros).
El impuesto de actividades económicas, que está en el 28 por
ciento, será reducido el año próximo al 27% y después, un 1% anual
durante los tres años siguiente, hasta el 24%.
Con estas cuentas generales del Estado, el Ejecutivo está
decidido a "animar a las empresas, porque son los negocios y no el
Gobierno las que crearán los empleos en el futuro", explicó Osborne.
El presupuesto se configuró sobre la base de que el crecimiento
económico se situará este año en el 1,2% y de que subirá
paulatinamente hasta llegar al 2,7% en 2015.
En cuanto a la inflación -que actualmente se sitúa en el 3,4%- el
Gobierno prevé que termine 2010 en el 2,7%, mientras que la tasa de
desempleo -que está en 7,9%- se situará en el 8,1% a finales de año,
para bajar al 6,1% en 2015.
La oposición laborista calificó de "irresponsable" el presupuesto
y su líder en funciones, Harriet Harman, aseguró que serán los que
menos tienen los que soportarán el peso de los recortes.
"Éste es un presupuesto 'tory' que echará a la gente de sus
trabajos, que frenará el crecimiento económico y que dañará
servicios públicos vitales", declaró Harman en el Parlamento.
Los principales sindicatos fueron igualmente críticos con el plan
del Gobierno, al que acusaron de "declarar la guerra" al sector
público, en palabras del Dave Prentis, secretario general de Unison.
El secretario general de Unite, Derek Simpson, aseguró por su
parte que es el mayor ataque contra los servicios esenciales del
Estado en una generación y añadió: "Hoy la máscara ha caído y ha
revelado lo que es este Gobierno: tories que recortan drásticamente
el gasto social y que son amigos de los ricos y los poderosos". EFE
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