Nueva York, 23 mar (EFE).- Wall Street desoyó hoy los desesperanzadores datos sobre el mercado de la vivienda en Estados Unidos, uno de los que más suelen inquietar a los inversores neoyorquinos, y el índice Dow Jones de Industriales logró revertir la tendencia bajista de la mañana para terminar en terreno positivo.
La jornada en Wall Street, que podría haberse visto ensombrecida por esos datos y por la creciente inestabilidad en Oriente Medio, así como por el rechazo del plan de ahorro del Gobierno en Portugal, vivió sin embargo un "rally" en la última hora de las contrataciones y se olvidó de los números rojos del arranque de la sesión.
El Dow Jones de Industriales, la principal referencia de la Bolsa de Nueva York y que reúne a las 30 mayores empresas cotizadas del país, terminó el día con un avance del 0,56 % por el que sumó 67,39 puntos y cerró en las 12.086,02 unidades, por encima de la cota de los 12.000 puntos que reconquistó este lunes.
Algo parecido ocurrió con los otros dos índices de referencia de Wall Street, el selectivo S&P 500 y el índice compuesto del mercado Nasdaq, que tras haber anotado descensos durante gran parte de la jornada acabaron con subidas del 0,29 y el 0,54 %, respectivamente.
Los avances registrados este miércoles se produjeron, según algunos analistas, como parte de un rebote que se ha venido produciendo en las últimas jornadas -este lunes el Dow ganó el 1,5 %-, para recuperar el terreno perdido por los descensos que prosiguieron al terremoto de Japón el pasado día 11.
Así, Wall Street logró salir ilesa de un día que podía haberse tornado difícil después de que el Departamento de Comercio estadounidense difundiese que la venta de casas nuevas en este país bajó en febrero un 16,9 % con respecto a enero, el mayor descenso mensual jamás registrado.
El dato confirma la debilidad que persiste en el mercado inmobiliario de Estados Unidos cuyo colapso, bajo el peso de las hipotecas de alto riesgo, condujo entre otros factores en 2008 a la crisis financiera más profunda y prolongada en casi ocho décadas.
Ese desesperanzador dato no incrementó sin embargo los descensos que se habían venido produciendo durante la mañana, si no que los principales índices de Wall Street se fueron cambiando al terreno positivo según fueron pasando las horas en el parqué neoyorquino.
Puede que además del rebote al que aludían algunos analistas influyese en el ánimo alcista de hoy la subida del 0,75 % que vivió el precio del crudo de Texas, hasta los 105,75 dólares por barril, más moderada que los avances superiores al punto porcentual que vivió el petróleo en las dos jornadas pasadas.
La escalada que ha vivido estos tres días el petróleo de Texas se ha producido como consecuencia de los enfrentamientos en Libia, donde la coalición internacional continúa efectuando ataques aéreos desde el fin de semana contra las fuerzas leales de Muamar el Gadafi, que asedian las ciudades de Ajdabiya, Misrata y Zauiya.
Precisamente la inestabilidad en Libia y otros países del Norte de África y Oriente Medio provocaba hoy que los contratos de futuros de oro alcanzasen de nuevo un récord en la Bolsa Mercantil de Nueva York, donde cerraron a 1.438 dólares la onza.
Los inversores también habían seguido de cerca hoy lo que ocurría en Portugal, donde finalmente el programa de ahorro del Gobierno no ha logrado una mayoría parlamentaria.
Tras el cierre de la Bolsa se confirmaban los temores de muchos en Wall Street, ya que el primer ministro luso, José Sócrates, anunciaba su dimisión.
Desde el ámbito empresarial las noticias parecían más alentadoras, después de que el fabricante aeronáutico Boeing subiera el 1,21 % tras afirmar que ha conseguido encontrar fuentes alternativas a los proveedores de piezas japoneses impactados por el terremoto, por lo que su producción de aeronaves no se ha visto afectada.
Por su parte, el grupo Colgate-Palmolive bajó el 0,18 % en un día en el que anunció que adquirirá por 940 millones de dólares la marca de cuidado personal Sanex a la firma europea Unilever, que, a su vez, comprará a la estadounidense su negocio de detergentes en Colombia por 215 millones de dólares. EFE