Por Leonardo Benassatto y Lisandra Paraguassu
BRASILIA/SAO PAULO, 9 sep (Reuters) -El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, conversó el jueves con camioneros aliados que lideran unas protestas progubernamentales en las carreteras de todo el país, en un día en que la Policía despejó los bloqueos que amenazaron rutas clave de exportación de granos y carne de res.
Animados por el llamado a la acción del presidente en los mítines políticos del martes, las protestas de los camioneros bloquearon de forma parcial las carreteras en media decena de estados el miércoles, pero cobraron fuerza ante las dudas de Bolsonaro sobre si denunciarlas públicamente.
Pero en su reunión, Bolsonaro no pidió a los camioneros que pusieran fin a las protestas, según un líder que conversó con el presidente.
"Estamos movilizados por la libertad y la libertad de expresión", dijo a periodistas el camionero Francisco Burgardt, repitiendo los reclamos de Bolsonaro contra las decisiones de la corte suprema.
Burgardt dijo que los camioneros solo despejarían las carreteras si son recibidos por el presidente del Senado de Brasil, Rodrigo Pacheco, quien la semana pasada rechazó una solicitud sin precedentes de Bolsonaro para acusar a un juez de la corte suprema.
Para el jueves por la tarde, la policía federal de carreteras dijo que había despejado todos los bloqueos, pero aún había congestión por las protestas en las rutas federales de 13 estados.
Los comerciantes de granos dijeron que los bloqueos no habían interrumpido las exportaciones, pero los productores de soja sostuvieron que la escasez de insumos elevaría sus costos y que las protestas podrían retrasar la cosecha de cultivos si no terminaban pronto.
Los crecientes precios del diésel han contribuido a una inflación de casi dos dígitos en Brasil, perjudicando la recuperación económica en un país con el segundo brote de coronavirus más mortífero del mundo y aumentando los temores a que se produzca una importante huelga de camioneros como la que paralizó las carreteras en 2018.
Bolsonaro ganó prominencia en la campaña presidencial de ese año con su apoyo inicial a los camioneros y ha simpatizado con sus demandas sobre los altos precios del combustible. Sin embargo, en los últimos días, los camioneros pusieron al presidente en una situación difícil, al presentar una línea dura vista como una extensión del enfrentamiento del mandatario con la corte suprema.
"Bolsonaro abrió una caja de Pandora (CSE:PNDORA)", dijo Creomar de Souza, de la consultora de riesgo político Dharma en Brasilia, que agregó que el presidente ahora corre el riesgo de perder el apoyo del inconstante y descentralizado movimiento camionero.
Los analistas dijeron que los camioneros tenían una "agenda mixta" y ven en Bolsonaro un aliado que enfrentará a la clase dirigente.
El presidente, sin embargo, pareció dar marcha atrás en un enfrentamiento con los jueces del máximo tribunal que ha generado temores de un colapso del sistema democrático de Brasil.
"Nunca tuve la intención de atacar a ningún poder del Estado", dijo Bolsonaro en un comunicado el jueves, buscando poner calma en la disputa. El mandatario dijo además que su lenguaje en los mítines provenía del "calor del momento" y que cualquier problema con los jueces debe resolverse en los tribunales.
El grupo brasileño de exportación de granos ANEC dijo el jueves que las protestas no habían afectado las exportaciones, pero los bloqueos son motivo de preocupación.
(Reporte de Lisandra Paraguassu en Brasilia y Ana Mano y Carolina Mandl en Sao Paulo; editado en español por Rodrigo Charme)