BAGDAD/BEIRUT, 25 mayo (Reuters) - El Estado Islámico envió el lunes más combatientes a Ramadi ante nuevos esfuerzos de fuerzas de seguridad y paramilitares chiíes para retomar la ciudad del oeste de Irak, que cayó en poder de las tropas insurgentes hace una semana.
En la ciudad siria de Palmira, en tanto, la fuerza área de ese país lanzó ataques contra edificios capturados por Estado Islámico, en medio de temores de que los insurgentes destruyan las famosas ruinas romanas de la urbe situada en el desierto.
Estado Islámico ha ejecutado a al menos 217 personas, incluyendo a niños, desde que se desplazó al área de Palmira hace 10 días, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña.
Unos 300 soldados murieron en combates antes de que la ciudad fuera capturada, según el grupo de monitorización.
En Ramadi, Estado Islámico reforzaba el lunes su control desplegando a sus combatientes para enfrentar a las fuerzas de seguridad y a grupos paramilitares que logran avances en la capital provincial iraquí.
Las fuerzas iraquíes han recuperado terreno al este de Ramadi desde que lanzaron una contraofensiva el sábado, y el lunes recuperaron un área rural a unos 20 kilómetros al sur de la ciudad y a escasa distancia de Bagdad.
La caída de Ramadi en poder de los insurgentes es el revés más significativo para las fuerzas iraquíes en casi un año y ha proyectado dudas sobre la efectividad de una estrategia liderada por Estados Unidos para combatir al grupo militante suní.
En contraparte, la captura de Ramadi y Palmira constituyen los mayores éxitos del grupo islamista desde que una coalición liderada por Estados Unidos lanzó una ofensiva aérea contra Estado Islámico el año pasado.
Las victorias casi simultáneas contra las fuerzas de Irak y Siria han forzado a Washington a examinar su estrategia, que conlleva bombardeos aéreos pero deja los combates terrestres a las fuerzas locales.
En una fuerte crítica a Irak, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, acusó al Ejército iraquí de permitir que Ramadi cayera en poder de una fuerza enemiga mucho más pequeña.
"Las fuerzas iraquíes simplemente no mostraron voluntad alguna de combatir", dijo el domingo al programa State of the Union de CNN.