La Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo fue la encargada de llevar a cabo la primera procesión. En ella los miembros de la hermandad vestidos con túnicas llevaron a hombros la imagen del cristo del Espíritu Santo por las calles más emblemáticas de la ciudad. La imagen, acompañada en todo momento de un campanil procesional y un incensario de forja, abandonó durante unas horas su templo para visitar la catedral donde los fieles realizaron el acto penitencial.