BEIRUT (Reuters) - El alto el fuego en Siria "no se va a sostener", advirtió el sábado un oficial rebelde de alto rango, mientras los ataques aéreos y los bombardeos se mantenían en algunos lugares y no se concretaban las promesas de entrega de ayuda.
La tregua es el resultado de un acuerdo entre Rusia, que apoya al presidente sirio Bashar el Asad con apoyo aéreo, y Estados Unidos, que apoya a determinados grupos rebeldes.
La tregua entró en vigencia el lunes. El viernes, Washington y Moscú acordaron extender el alto al fuego.
Los insurgentes afirman que sólo aceptaron -y renuentemente- el acuerdo inicial, que creen tiene un sesgo contrario a ellos, porque podría aliviar la desesperada situación humanitaria en las áreas asediadas que ellos controlan, incluida la zona en el este de Alepo.
"La tregua, tal como hemos advertido y le dijimos al Departamento de Estado (de Estados Unidos) no se va a sostener", dijo el líder rebelde, mencionando que en la frontera con Turquía hay un convoy de ayuda de la ONU al que todavía no le entregan permiso para ir a Alepo.
"No es posible que la parte (Rusia) que hace la guerra contra la gente luche por alcanzar una tregua y tampoco es posible que impulse ese acuerdo mientras bombardea noche y día; mientras que por otro lado, la otra parte, Estados Unidos, tiene el rol de espectador", acusó el oficial.
Moscú y Washington se acusan mutuamente de ser responsables de que las entregas de ayuda están retenidas lejos de Alepo, donde se suponía que las fuerzas rebeldes y el ejército sirio iban a retirarse del camino de Castello, que lleva a los distritos controlados por los insurgentes.
El viernes, Rusia dijo que el ejército sirio se había retirado inicialmente pero que regresó a sus posiciones después de ser atacados por los rebeldes, que a su vez dijeron que las fuerzas del Gobierno nunca había dejado sus posiciones.