Nueva York, 15 ago (EFE).- La agencia que gestiona el sistema de transporte público de Nueva York defendió hoy el trabajo de las empresas españolas ACS y OHL en las obras del tren de cercanías de la ciudad pese al cruce de demandas que enfrenta a esas dos constructoras.
"Hasta ahora las dos empresas lo han estado haciendo muy bien", dijo hoy a Efe un portavoz de la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA), Adam Lisberg, quien añadió que la sociedad conjunta que formaron esas dos empresas para participar en el proyecto "ha cumplido con los horarios y presupuestos fijados".
Lisberg aseguró que "la única preocupación" de la MTA es que las obras se realicen en los plazos y con la financiación establecidos y dijo que la autoridad del transporte no encuentra una "interconexión obvia" entre las disputas entre esas constructoras y un potencial problema para las obras.
El proyecto, valorado en 8.250 millones de dólares y conocido como "East Side Access", llevará el tren de cercanías de Long Island a la zona este de la isla de Manhattan gracias a un nuevo acceso que se incorporará a la estación de Grand Central cuando se finalice su construcción, que ha sido retrasada hasta 2019.
Judlau Contracting, participada en un 51% por OHL, forma parte del proyecto gracias a una empresa mixta con Dragados, filial de ACS, a la que ha acusado de una mala gestión en las obras de construcción que ha generado unas pérdidas que estima en 250 millones de dólares, según publicó hoy el diario The New York Times.
En el cruce de demandas mutuas, Judlau acusó a Dragados de no haber informado a tiempo de las pérdidas, mientras que la filial de ACS ha demandado a su socia en el proyecto conjunto por incumplimiento de sus obligaciones financieras, siempre según ese rotativo.
Ni Judlau ni Dragados reaccionaron hoy a esas informaciones pese a los intentos de Efe de contactar con ambas compañías.
El portavoz de la MTA añadió por su parte que la autoridad del transporte conoce las demandas que enfrentan a las dos constructoras españolas, pero reiteró que esas disputas "no preocupan" especialmente a ese organismo puesto que no le afectan "económicamente".
Según The New York Times, la "joint venture" preveía obtener un beneficio de 200 millones de dólares por su participación en el "East Side Access", pero a medida que se fueron acumulando las pérdidas Judlau dejó de financiar su parte del proyecto, alegando que Dragados permitió que los costes se salieran de control.
El diario asegura que Nueva York es uno de los principales mercados para ACS, puesto que supone un 8 % del total del negocio de construcción en el extranjero de Dragados, que también participa en la construcción de una de las estaciones de la nueva línea de metro de la Segunda Avenida, así como en la extensión de la línea 7. EFE