Los precios de los commodities, en general están teniendo una recuperación un tanto inesperada que ha resultado una noticia positiva para aquellos países productores de algunos de ellos, luego de que el fuerte desplome que experimentaron sus cotizaciones hacia el último cuarto de 2008 les trajera más de un dolor de cabeza a sus finanzas en un contexto de profunda recesión económica.
El precio del barril de petróleo cotizaba en alrededor de US$ 38 hacia finales de 2008 y actualmente se encuentra por encima de los US$ 70, dándole un poco de aire a un Chávez que tiene menos margen de acción para evitar una crisis económica. Chile comienza a respirar con lo que ocurre en el caso del cobre, para el que la recuperación de China se refleja en su fuerte demanda que impulsa la cotización del metal rojo y en la semana pasada alcanzó su mayor nivel desde octubre de 2008. Argentina le prende velas al “yuyito” como lo ha llamado la presidente, Cristina Fernández de Kirchner, y la soja le responde manteniendo su tendencia alcista y cerrando la semana pasada a US$ 430 la tonelada.
Las cotizaciones de los commodities han alcanzado a recuperar una parte significativa del valor que habían perdido en la profundización de la crisis. A pesar de ello, aún se encuentran alejadas de los máximos alcanzados hacia mediados de 2008 y es por ello que el interrogante actual es poder inferir si esta tendencia se mantendrá y con qué fuerza hasta fines de año. Si uno se vale por los signos de reactivación gradual y suave de la economía global, verdaderamente no se deberían justificar mayores alzas en las cotizaciones de los commodities que las observadas, salvo en los casos de los commodities agrícolas ante eventualidades climáticas inesperadas o en el caso del petróleo ante la posibilidad de situaciones de tensión política a nivel mundial.
Si bien la crisis ha tapado un poco lo que ha ocurrido con las cotizaciones de los commodities hasta la primera mitad del 2008, el fuerte alza que observaron los mismos generaron grandes presiones inflacionarias a nivel global que impactaron de una manera no homogénea entre las economías (así por ejemplo, Chile y España vivieron la dureza de las alzas en las cotizaciones sobre sus niveles de precios) y obligaron a los Bancos Centrales a llevar a cabo una política monetaria restrictiva que profundizó la caída en el nivel de actividad económica.
Cuando la recuperación económica aún no ha tomado forma, ya comienza a preocupar la continuidad en el alza de los commodities, en especial de los commodities energéticos, dado que podrían dar lugar a una situación similar a la ocurrida en 2008. El componente especulativo en dichas cotizaciones pone en riesgo el crecimiento de la economía global pudiendo incluso generar situaciones de estanflación.
Es por este motivo que cada vez se suman más voces a los pedidos de regulación en los mercados de derivados para limitar el componente especulativo, contener de este modo el alza en las cotizaciones de los commodities generando además una mayor previsibilidad en los mismos. Las principales preocupaciones se fijan en los commodities energéticos por su impacto directo en los costos de producción.
En relación a este tema, en los Estados Unidos, Gary Gensler, presidente de Commodity Futures Trading Comission (CFTC) decía el miércoles de la semana pasada: “Creo que deberíamos considerar seriamente fijar límites a las posiciones (especulativas) en los mercados de futuros energéticos”. Para Gensler, no solo se deben regular las posiciones en los mercados de futuros energéticos sino también en la de todos aquellos commodities de oferta finita. El ente regulador de las operaciones con futuros sobre commodities quiere limitar la cantidad de contratos que pueden acumular los inversores, para evitar lo que se denomina la “especulación excesiva”. En este sentido, el debate principal radica en cómo fijar esos límites, un tema que será clave para el negocio de los grandes bancos y las herramientas de inversión.
Brasil en tanto, que pretende jugar un rol de mayor relevancia en el contexto internacional, anunció que presentará ante el G-20 en la reunión que tendrá lugar en Londres a principios del mes de setiembre (preparatoria para la reunión de finales de dicho mes en Pittsburgh, Pensilvania), una propuesta para regular los mercados de derivados mundiales.
Entre las medidas a implementar, Brasil solicitará en primer lugar, que todas las operaciones en el mercado de futuros sean registradas. Además buscará impulsar el establecimiento de centros de compensación y liquidación similares a los que ya existen en países como Brasil y que obligan al inversor a depositar una garantía para cubrir sus operaciones con derivados.
La discusión acerca de la regulación de los mercados de derivados se encuentra en sus inicios, pero ya promete finalizar con acciones concretas a nivel global. El escenario futuro, en el cual la posible escasez energética comienza a preocupar, se observa el surgimiento de fuentes de energías renovables y surgen potencias como China que impulsan fuertemente la demanda de todo tipo de commodities, algo que está haciendo tomar consciencia a los gobernantes que si no actúan ahora para limitar la dinámica de las cotizaciones en los precios de los commodities, éstas pueden transformarse en una seria amenaza para la estabilidad económica mundial.
Además, hay un elemento que no puede pasar desapercibido y que puede alimentar la burbuja especulativa en torno a los precios de los commodities. Este elemento es la política monetaria llevada adelante por casi todos los bancos centrales en todo el mundo que han reducido sus tasas de interés de referencia a sus mínimos históricos en muchos casos.
La extensión de las tasas de interés en niveles extremadamente bajos es un elemento que actúa a favor de la generación de burbujas especulativas ya que permite a los inversores el disponer con una gran cantidad de recursos para alimentarla.
Si bien los Bancos Centrales están prevenidos de esta situación, ello no representa ninguna garantía de que se puedan evitar. Es que dependerá de la capacidad de las entidades monetarias de iniciar el ciclo ascendente de tasas de interés en el momento justo, cuando la recuperación económica haya dado comienzo.
La decisión de iniciar el ciclo de tasas ascendente no es muy popular que digamos para los mercados y ningún Banco Central quiere ser el primer aguafiestas. Esta situación genera el riesgo de demora en el cambio de dirección de la política monetaria. Ante esta situación, probablemente lo lógico es que exista una cierta coordinación entre los Bancos Centrales para actuar de manera prudente y evitar el surgimiento de una nueva burbuja.
¿Se animarán los líderes mundiales a actuar de aguafiestas cuando aún los mercados financieros no comienzan a celebrar la salida de la crisis?
Horacio Pozzo
El precio del barril de petróleo cotizaba en alrededor de US$ 38 hacia finales de 2008 y actualmente se encuentra por encima de los US$ 70, dándole un poco de aire a un Chávez que tiene menos margen de acción para evitar una crisis económica. Chile comienza a respirar con lo que ocurre en el caso del cobre, para el que la recuperación de China se refleja en su fuerte demanda que impulsa la cotización del metal rojo y en la semana pasada alcanzó su mayor nivel desde octubre de 2008. Argentina le prende velas al “yuyito” como lo ha llamado la presidente, Cristina Fernández de Kirchner, y la soja le responde manteniendo su tendencia alcista y cerrando la semana pasada a US$ 430 la tonelada.
Las cotizaciones de los commodities han alcanzado a recuperar una parte significativa del valor que habían perdido en la profundización de la crisis. A pesar de ello, aún se encuentran alejadas de los máximos alcanzados hacia mediados de 2008 y es por ello que el interrogante actual es poder inferir si esta tendencia se mantendrá y con qué fuerza hasta fines de año. Si uno se vale por los signos de reactivación gradual y suave de la economía global, verdaderamente no se deberían justificar mayores alzas en las cotizaciones de los commodities que las observadas, salvo en los casos de los commodities agrícolas ante eventualidades climáticas inesperadas o en el caso del petróleo ante la posibilidad de situaciones de tensión política a nivel mundial.
Si bien la crisis ha tapado un poco lo que ha ocurrido con las cotizaciones de los commodities hasta la primera mitad del 2008, el fuerte alza que observaron los mismos generaron grandes presiones inflacionarias a nivel global que impactaron de una manera no homogénea entre las economías (así por ejemplo, Chile y España vivieron la dureza de las alzas en las cotizaciones sobre sus niveles de precios) y obligaron a los Bancos Centrales a llevar a cabo una política monetaria restrictiva que profundizó la caída en el nivel de actividad económica.
Cuando la recuperación económica aún no ha tomado forma, ya comienza a preocupar la continuidad en el alza de los commodities, en especial de los commodities energéticos, dado que podrían dar lugar a una situación similar a la ocurrida en 2008. El componente especulativo en dichas cotizaciones pone en riesgo el crecimiento de la economía global pudiendo incluso generar situaciones de estanflación.
Es por este motivo que cada vez se suman más voces a los pedidos de regulación en los mercados de derivados para limitar el componente especulativo, contener de este modo el alza en las cotizaciones de los commodities generando además una mayor previsibilidad en los mismos. Las principales preocupaciones se fijan en los commodities energéticos por su impacto directo en los costos de producción.
En relación a este tema, en los Estados Unidos, Gary Gensler, presidente de Commodity Futures Trading Comission (CFTC) decía el miércoles de la semana pasada: “Creo que deberíamos considerar seriamente fijar límites a las posiciones (especulativas) en los mercados de futuros energéticos”. Para Gensler, no solo se deben regular las posiciones en los mercados de futuros energéticos sino también en la de todos aquellos commodities de oferta finita. El ente regulador de las operaciones con futuros sobre commodities quiere limitar la cantidad de contratos que pueden acumular los inversores, para evitar lo que se denomina la “especulación excesiva”. En este sentido, el debate principal radica en cómo fijar esos límites, un tema que será clave para el negocio de los grandes bancos y las herramientas de inversión.
Brasil en tanto, que pretende jugar un rol de mayor relevancia en el contexto internacional, anunció que presentará ante el G-20 en la reunión que tendrá lugar en Londres a principios del mes de setiembre (preparatoria para la reunión de finales de dicho mes en Pittsburgh, Pensilvania), una propuesta para regular los mercados de derivados mundiales.
Entre las medidas a implementar, Brasil solicitará en primer lugar, que todas las operaciones en el mercado de futuros sean registradas. Además buscará impulsar el establecimiento de centros de compensación y liquidación similares a los que ya existen en países como Brasil y que obligan al inversor a depositar una garantía para cubrir sus operaciones con derivados.
La discusión acerca de la regulación de los mercados de derivados se encuentra en sus inicios, pero ya promete finalizar con acciones concretas a nivel global. El escenario futuro, en el cual la posible escasez energética comienza a preocupar, se observa el surgimiento de fuentes de energías renovables y surgen potencias como China que impulsan fuertemente la demanda de todo tipo de commodities, algo que está haciendo tomar consciencia a los gobernantes que si no actúan ahora para limitar la dinámica de las cotizaciones en los precios de los commodities, éstas pueden transformarse en una seria amenaza para la estabilidad económica mundial.
Además, hay un elemento que no puede pasar desapercibido y que puede alimentar la burbuja especulativa en torno a los precios de los commodities. Este elemento es la política monetaria llevada adelante por casi todos los bancos centrales en todo el mundo que han reducido sus tasas de interés de referencia a sus mínimos históricos en muchos casos.
La extensión de las tasas de interés en niveles extremadamente bajos es un elemento que actúa a favor de la generación de burbujas especulativas ya que permite a los inversores el disponer con una gran cantidad de recursos para alimentarla.
Si bien los Bancos Centrales están prevenidos de esta situación, ello no representa ninguna garantía de que se puedan evitar. Es que dependerá de la capacidad de las entidades monetarias de iniciar el ciclo ascendente de tasas de interés en el momento justo, cuando la recuperación económica haya dado comienzo.
La decisión de iniciar el ciclo de tasas ascendente no es muy popular que digamos para los mercados y ningún Banco Central quiere ser el primer aguafiestas. Esta situación genera el riesgo de demora en el cambio de dirección de la política monetaria. Ante esta situación, probablemente lo lógico es que exista una cierta coordinación entre los Bancos Centrales para actuar de manera prudente y evitar el surgimiento de una nueva burbuja.
¿Se animarán los líderes mundiales a actuar de aguafiestas cuando aún los mercados financieros no comienzan a celebrar la salida de la crisis?
Horacio Pozzo