Fráncfort (Alemania), 26 ene (EFE).- El consejero delegado de
Opel, Nick Reilly, anunció hoy que el plan de saneamiento de la
empresa "está listo" y que "ahora sólo se trata de lograr un acuerdo
final con los sindicatos".
En declaraciones en la central de Opel en la ciudad alemana de
Rüsselsheim, Reilly expresó su confianza en que ese acuerdo se
obtendrá "en las próximas dos o tres semanas".
Agregó que pese a la resistencia de los sindicatos al cierre de
la factoría de Amberes (Bélgica) confía en que la plantilla
participará en el plan de saneamiento con una renuncia salarial de
265 millones de euros anuales en los próximos cinco años.
El anuncio de Reilly se produce 24 horas después de que el comité
de empresa europeo de Opel anunciara su disposición a promover
movilizaciones a nivel europeo en señal de protesta por el cierre de
Amberes, donde trabajan 2.600 de los 48.000 empleados que tiene en
Europa Opel/Vauxhall.
Ese foro sindical cuenta con el apoyo del sindicato alemán IG
Metall, cuyo presidente, Berhold Huber, exhortó a la empresa a
reflexionar con detenimiento sobre el cierre de la planta belga
porque "no vamos a aceptar esos planes".
Huber subrayó que mientras esa reflexión tiene lugar, los
trabajadores congelarán sus planes sobre la contribución de los
trabajadores al saneamiento de la empresa con el argumento de que
"no podemos pagar un precio por una mercancía que no conocemos".
Reilly anunció la semana pasada el cierre de la factoría belga "a
lo largo de este año" en tanto que Opel debe recortar su capacidad
un 20 por ciento para volver a la senda de la rentabilidad.
El consejero delegado de Opel hizo ese anuncio en una rueda de
prensa en Bruselas, en la que confirmó expresamente la continuidad
de la planta española de Figueruelas (Zaragoza) y de las otras
plantas de Opel en Europa.
Además del apoyo sindical, Opel necesitará también el visto bueno
a su plan de saneamiento de los gobiernos europeos que acogen
factorías de la filial de General Motors.
Opel ha solicitado ayudas estatales para la reestructuración de
la empresa por un monto de 2.700 millones de euros.
Desde Bruselas, el presidente de la Comisión Europea (CE), José
Manuel Durão Barroso, afirmó el pasado viernes que sigue "de cerca"
la situación de General Motors (GM) en Europa y que "se asegurará"
de que el gigante automovilístico no recibirá ninguna ayuda de
estado ilegal para su viabilidad futura. EFE