Julio César Rivas
Pelican Hill (EE.UU.), 15 feb (EFE).- El fabricante surcoreano Kia pondrá a la venta en Estados Unidos esta primavera el automóvil K900, el asalto frontal de la marca al segmento de los vehículos de lujo en el año en que cumple 20 años de presencia en Norteamérica.
Kia se ha convertido en los últimos años en una de las marcas de más rápido crecimiento en Estados Unidos. En 2008, sus ventas anuales se situaron en 273.397 vehículos. Seis años después, en 2013, el fabricante surcoreano duplicó prácticamente esa cifra.
El rápido crecimiento de Kia en Estados Unidos en los últimos años ha estado basado en el lanzamiento de productos con un diseño europeo, gracias a la contratación en 2006 del alemán Peter Schreyer, el diseñador del Audi TT, y precios realmente competitivos.
Pero tras 20 años en el mercado estadounidense, con ventas anuales superiores a los 500.000 vehículos, y una planta de producción en West Point (Georgia), el fabricante surcoreano está decidido a quitarse la etiqueta de marca de gama baja y dar batalla en todos los segmentos.
Hace un año, Kia presentó en el mercado norteamericano el modelo Cadenza, el primer vehículo por encima de los 40.000 dólares de la marca, para competir en el segmento de los vehículos de lujo medio.
Ahora, Kia quiere escalar a lo más alto del mercado de lujo con el K900, un vehículo que competirá a partir de la primavera con los BMW Serie 7, Audi 8, Lexus LS y Mercedes-Benz Serie S.
Kia es consciente de que no tiene la tradición en el segmento de lujo que caracteriza estos fabricantes europeos y japoneses. Pero los ejecutivos de la marca surcoreana consideran que eso es una ventaja más que un inconveniente.
"El K900 no es lujo lleno de tradición. Es lujo que se experimenta, con el que se vive, que es cómodo. Es nuestra versión de lujo", dijo a Efe Scott McKee, director de Relaciones Públicas de Kia en Estados Unidos.
Michael Sprague, director de Ventas de Kia en Estados Unidos, repite la misma idea.
"Hay una nueva realidad en el espacio del lujo".
Los datos que maneja Kia señalan que, tras la recesión de 2008 en Norteamérica, hay un nuevo tipo de cliente, consumidores que tuvieron que dejar sus vehículos de lujo por necesidades económicas pero que siguen aspirando a tener las comodidades y tecnologías que ofrecen.
O consumidores que aunque tienen la capacidad de gastarse entre 80.000 y 100.000 dólares en un vehículo de lujo, son más conscientes ahora de vivir de una forma más modesta.
"Cuando presentamos el Sorento, nuestro primer vehículo por encima de los 30.000 dólares en Estados Unidos, nos dimos cuenta que la recesión lo había hecho atrayente para muchas personas. Porque la recesión les hizo pensar más en las grandes compras", dice Orth Hedrick, vicepresidente de Planificación de Productos de Kia.
"Con el nuevo Optima también vimos muchos clientes que procedían de vehículos de gamas más elevadas", añade.
Con esta filosofía, Kia ha cargado al K900 con tecnología punta (como una pantalla de visualización frontal HUD o un sistema avanzado de gestión de seguridad), lujo (como asientos traseros reclinables de forma independiente, madera y cuero) y alto rendimiento (un motor V8 con 420 caballos de potencia).
Y con esta bala en su recámara, y un precio de 65.500 dólares para el modelo más equipado, el V8 VIP, apunta a lo más alto. Con este precio, el K900 es entre 20.000 y 35.000 dólares más barato que vehículos comparables de marcas con la tradición y el prestigio de BMW, Audi o Mercedes-Benz.
"En la primavera, cuando la nieve desaparezca, vamos a empezar con los 20 principales mercados de lujo en Estados Unidos, para que los conductores se suban al vehículo y lo experimenten. Y no será una campaña tradicional sino que lo experimentarán realmente" anticipó Sprague. EFE
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