Alfonso Fernández
Washington, 12 jul (EFE).- La primera ronda de conversaciones para un acuerdo de libre comercio entre EE.UU. y la Unión Europea (UE) se cerró hoy con un balance "positivo" y el compromiso de mantener una agenda "ambiciosa" de cara al siguiente encuentro previsto para octubre en Bruselas.
Pese a la sombra que habían arrojado las revelaciones de espionaje a sus socios europeos por parte de Washington, los equipos de EE.UU. y la UE certificaron el "buen clima" vivido durante la semana en estas primeras negociaciones encaminadas a lograr un "Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones" (TTIP, por su sigla en inglés).
"Han sido unas conversaciones positivas y muy productivas, ambas partes han mantenido su compromiso con un alto nivel de ambición", subrayó Ignacio García Bercero, jefe del equipo europeo, en la rueda de prensa de cierre de la primera ronda celebrada en Washington.
Tanto García Bercero como Dan Mullaney, el jefe negociador estadounidense, eludieron comentar el espinoso asunto del espionaje y se limitaron a comentar que las discusiones al respecto están discurriendo por otros "canales".
En esta primera fase, la cerca de una veintena de mesas de trabajo se concentraron en "clarificar y establecer el marco" de las futuras conversaciones y discutir las "prioridades" de ambas partes, señaló Mullaney en la rueda de prensa conjunta.
Ambos jefes negociadores reconocieron el especial énfasis que tendrán las cuestiones de "armonización normativa", de "transparencia" y de "coherencia" de la regulación.
"Estos aspectos son los que generan más desafíos, pero también los que ofrecen más oportunidades", afirmó Mullaney, al referirse a que las economías a ambos lados del Atlántico están profundamente interconectadas, y las tarifas aduaneras son ya bastante bajas.
En una de las jornadas, los equipos negociadores recibieron la visita de Michael Froman, representante de Comercio de EE.UU., quien instó a que se mantenga un "ambiciosa agenda" y se trate de probar nuevos e "imaginativos enfoques" para resolver los obstáculos que se puedan presentar.
El acuerdo, de concretarse, constituiría la mayor zona de libre comercio global, y supondría el 50 % de la actividad económica mundial.
Según un estudio de la Cámara de Comercio de EE.UU., su eventual aprobación añadiría 120.000 millones de dólares a los 650.000 millones anuales que en la actualidad genera el comercio bilateral.
Algunas de las áreas tratadas en estos primeros días fueron la normativa sanitaria y fitosanitaria, el acceso a los mercados y los bienes industriales, las adquisiciones públicas de bienes y servicios, el sector automovilístico, los servicios financieros, el comercio electrónico o los productos agrícolas.
En la apertura de las negociaciones Mullaney y García Bercero calificaron el tratado de "histórico", aunque hoy han querido mostrar algo de cautela al asegurar que esperan que las conversaciones discurran con "rapidez pero también con cuidado", en palabras del negociador estadounidense.
Asimismo, han rechazado que exista una fecha límite a finales de 2014 para llegar a un acuerdo, y afirmaron que lo importante es alcanzar un acuerdo "sustancial".
García Bercero reiteró que el objetivo es lograr un tratado que tenga un efecto "transformador" sobre las dos economías y fomente la "competitividad internacional".
Por último, ambos insistieron en que cuentan con un amplio y decidido respaldo por parte de las "altas instancias" políticas respectivas, en referencia a la Casa Blanca y los jefes de gobierno europeos y Comisión Europea. EFE