Moscú, 4 nov (EFE).- El Gobierno ruso se declaró hoy asombrado
por la decisión de General Motors (GM) de cancelar la venta de su
filial europea Opel al consorcio integrado por la empresa canadiense
Magna y el banco estatal ruso Sberbank.
"La decisión expresada por el Consejo de Administración de
General Motors causa asombro en Rusia y, en particular, en el
Gobierno", afirmó Dmitri Peskov, portavoz del Ejecutivo, citado por
las agencias rusas.
Peskov recordó que GM "dejó la gestión de su filial europea en
manos de un 'trust' que prácticamente aprobó la operación y los
pasos siguientes eran competencia de ese grupo".
"Por lo que se refiere al consorcio (de Magna y Sberbank), según
los datos de los que dispongo, se propone llevar a cabo en breve
consultas y un profundo análisis jurídico de la situación", añadió.
El portavoz oficial añadió que "el Gobierno ruso no tomará parte
en ese trabajo".
Según los analistas, Rusia era uno de los principales ganadores
de la operación de venta de Opel, ya que le permitía acceder a la
tecnología de la marca alemana.
De hecho, el primer ministro ruso, Vladímir Putin, calificó de
"acertada decisión comercial" la venta de Opel al consorcio
ruso-canadiense, al considerar que serviría para revivir la
industria automovilística nacional.
Precisamente, el recelo de General Motors a ceder a los rusos el
derecho a comercializar los automóviles Opel bajo su propia marca,
copiar soluciones técnicas y hacer modificaciones fue lo que alargó
las negociaciones durante varios meses.
Según el plan maestro de la operación, Sberbank adquiría el 35
por ciento de las acciones de Opel y Magna el 20 por ciento a cambio
de unos 500 millones de euros, mientras GM se quedaría con el 35, y
el restante 10 por ciento pasaría a manos de los trabajadores. EFE