Nadie quiere una nueva crisis bancaria. Nadie quiere un nuevo 2008. Cierto que los bancos en líneas generales están en mejor estado hoy debido a la regulación. Sin embargo, la rentabilidad ha caído (debido a esa misma regulación). Claro que debemos recordar que ese “mejor en líneas generales” es algo relativo. Porque la inflación ahora es un factor que se debe tomar en cuenta. Entonces, ahora tenemos menos deuda, pero tenemos más inflación. Lo que nos podría llevar por caminos similares.
Los pasivos de un banco son los depósitos que recibe por parte de sus clientes. Y sus activos son los préstamos que emite. Un banco se puede meter en problemas de solvencia con relativa facilidad durante una crisis debido al incremento de impagos y debido a la caída en valor de los colaterales. Un banco en problemas desata el miedo. Y, con el miedo, llegan los pánicos bancarios. Los clientes del banco temen por la seguridad de sus depósitos y todos retiran el dinero al mismo tiempo, creando así una crisis de liquidez. Se abre la caja de Pandora (CSE:PNDORA) y las autoridades deben intervenir para evitar un efecto dominó que contamine todo el sistema.
Lo peor que le puede pasar a una economía es que las personas escogen colocar su dinero debajo del colchón. Si todos retiran su dinero del sistema bancario, se suspende el crédito. Y, sin el crédito, la economía colapsaría. El valor del dinero aumentaría dramáticamente, provocando una caída trágica de la inversión, de los ingresos y del consumo. Con todo el dinero debajo del colchón, tendríamos una economía estática y decadente. La escasez del dinero es fatal para la economía.