El inversor invierte para ganar dinero. La estrategia, entonces, es comprar barato para vender caro. Ahora bien, todo es cuestión de expectativa. Un inversor optimista compra. Un inversor pesimista vende. La ganancia (o perdida) yace en esa diferencia entre el precio actual y el precio futuro. Antes de cualquier decisión, es necesario realizar un avalúo y una proyección. De esta forma, podemos hacer nuestra apuesta. Si el activo está siendo subvalorado por el mercado, lo más sensato sería comprar. Si, por otro lado, el activo está siendo sobrevalorado por el mercado, lo más sensato sería comprar. Si se trata de fluctuaciones menores, lo mejor es mantener nuestra posición intacta. ¿Por qué huyen los inversores? Los inversores huyen cuando anticipan un futuro decadente.
Lo primero que debemos tomar en cuenta a la hora de hacer nuestro análisis es que en el mundo de las criptomonedas existe una gran presión comercial por mantenerse alcista en todo momento. El barco puede estar hundiéndose. Pero el plan es siempre mostrarse sereno y optimista. Las caras más visibles de la comunidad tienen que mantenerse fieles a ese libreto. Hay que repetir la narrativa acordada. Hay que mantener el ánimo. Hay que mantener viva la esperanza, recordando las glorias pasadas. Es cuestión de dinero. Los exchanges, los fondos, la prensa especializada y las grandes ballenas viven de esa esperanza. El panadero defiende su producto. La dulcería defiende el suyo. El peluquero siempre piensa que necesitas un corte. La industria cripto siempre es alcista. No tiene otra opción.
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