Declarar un fondo en el momento no es una de las cosas más prudentes que se pueden hacer. De hecho, no es la más sensata de las aventuras. El fondo es fácil de ver en retrospectiva. Sin embargo, es virtualmente imposible de ver por adelantado. Claro que el inversor idiosincrático suele sufrir de un optimismo irracional. O sea, es alcista siempre. Por fe y convicción. Entonces, todo baja se interpreta como un revés pasajero. En consecuencia, toda baja es una oportunidad para comprar la caída (“Buy the dip”). Ese sesgo pseudo-religioso es responsable de muchas compras imprudentes. Porque se suele declarar un fondo de manera muy prematura. Esta ilusión de certeza que se vende en Twitter (NYSE:TWTR) con tanta frecuencia en torno a Bitcoin hace que muchos inversores pierdan mucho dinero.
Esas llamadas a comprar la caída y todas las declaraciones apresuradas del fondo deben tomarse en serio. No es cuestión de sentir una vibración cósmica de la nada y, de pronto, comprar impulsivamente motivado por una corazonada. Los inversores tienen como un ejemplo de lo que no se debe hacer a Bukele y Michael Saylor. Ambos llegaron muy tarde a la jugada. Ambos compraron caro. Ambos se representan como protestas de la causa. Ambos van por ahí enseñando sus malas prácticas a los demás como verdades sagradas. No muy buena idea. Especular con deuda y dinero ajeno. Comprar caro y con falsas expectativas. E invertir de manera idiosincrática dejando los aspectos financieros a un segundo plano. No muy buena idea.
- Perspectiva sobre el precio de Bitcoin: 21/09