Tokio, 16 jun (EFE).- El Gobierno de Japón ordenó hoy reactivar dos reactores nucleares por primera vez desde el accidente en Fukushima, lo que supone la vuelta de la energía atómica a la tercera economía mundial tras el cierre gradual de todas sus centrales en el último año.
El primer ministro nipón, Yoshihiko Noda, decretó la puesta en marcha de los reactores 3 y 4 de la planta de Oi (centro) tras recibir el visto bueno del gobernador de la provincia de Fukui, donde se levanta esta central nuclear, perteneciente a Kansai Electric Power (KEPCO).
La eléctrica, que abastece a los más de 20 millones de habitantes de la región central de Kansai, recibió hoy mismo la orden de iniciar los preparativos para activar las dos unidades, que previsiblemente estarán funcionando a pleno rendimiento para principios y finales de julio, respectivamente.
La decisión se tomó poco antes del inicio de la calurosa estación estival, para la que las previsiones del Gobierno apuntaban a que Kansai, segundo núcleo industrial de Japón por detrás de Tokio, sufriría una escasez energética de casi 15 por ciento frente a la demanda.
Según las estimaciones del Ejecutivo, la reapertura de los reactores de Oi permitirá igualar la oferta y la demanda de energía en esa zona, que alberga ciudades como Kioto u Osaka, esta última la segunda mayor del país.
A raíz de la catástrofe nuclear en la central de Fukushima Daiichi, hace poco más de quince meses, Japón detuvo paulatinamente por seguridad o por revisiones rutinarias sus 50 reactores nucleares comerciales, el último de ellos el pasado 5 de mayo.
Antes del accidente la potencia asiática, con 127 millones de habitantes y un espeso tejido industrial, obtenía cerca del 30 por ciento de su energía de sus plantas atómicas, y en la región de Kansai este porcentaje se elevaba al 50 por ciento.
La parada de los reactores se tradujo en un fuerte aumento del ritmo de las centrales térmicas y de las importaciones de hidrocarburos, lo que ha supuesto una costosa factura para una economía ya golpeada por el desastre de marzo de 2011, la deflación, el impacto de la crisis global y la fortaleza del yen.
Así, el pasado enero Japón sufrió su primer déficit por cuenta corriente en tres años con unos números rojos récord de más de 4.000 millones de euros, al subir las importaciones más de un 11 %, en buena parte por la compra de combustibles fósiles, mientras las exportaciones caían un 8,5 %
El propio Noda aseguró la semana pasada que es necesario garantizar un suministro estable y evitar la subida excesiva de los precios de la energía para el desarrollo económico y social de Japón, cuya industria lucha por mantener su competitividad en el difícil contexto global.
Las unidades 3 y 4 de la central de Oi se han sometido con éxito a las pruebas de resistencia decretadas por el Gobierno tras el accidente en Fukushima para certificar que están preparadas ante eventuales catástrofes naturales, como terremotos o tsunamis con olas de hasta 11,4 metros de altura.
Según los analistas, el siguiente reactor en ponerse en marcha tras los de Oi puede ser uno de la central de Ikata (sur), cuyos parámetros de seguridad han sido aprobados por la Agencia nipona de Seguridad Nuclear, aunque para ello se deberá superar primero la reticencia de las autoridades locales. EFE
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