Londres, 9 jul (EFE).- España sigue siendo vulnerable a verse infectada por la crisis de deuda soberana que ya ha afectado a otros países de la zona euro si no toma más medidas para impulsar la parte de su economía que es menos competitiva, según opina hoy el semanario "The Economist".
En un artículo titulado "Doble personalidad", se señala que, si bien la economía española es más grande y fuerte que la de Estados como Portugal, Grecia e Irlanda, cuyas finanzas han tenido que ser rescatadas, tiene ciertas características que la exponen al peligro, como baja competitividad y un alto déficit de cuenta corriente.
Los expertos de la revista detectan varias áreas en las que el Gobierno debería intervenir para subsanar esos aspectos, como por ejemplo en materia fiscal.
En este sentido, apuntan que las autonomías, que tienen bastantes competencias impositivas, deberían aplicar recortes presupuestarios como lo hace el Ejecutivo central, para cumplir así el objetivo de reducir este año el déficit al 6 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
Otra dualidad del país reside en su sistema bancario, formado por grandes bancos y cajas de ahorros, siendo éstas últimas las que requieren de especial atención.
"The Economist" explica que ya se han tomado medidas para reestructurar y reducir el número de cajas y aplicarles un modelo más similar al bancario, pero advierte de que este esfuerzo, que es "un paso en la dirección correcta", puede fracasar si no se toman más medidas para impulsar la economía.
La economía española creció sólo un 0,3 por ciento en el primer trimestre del año, frente a un 0,8 por ciento de media en la zona euro, mientras que el Fondo Monetario Internacional augura que el PIB sólo crecerá un 0,8 por ciento en el 2011, apunta la revista.
Y lo más preocupante, añade, es el aumento del paro -en el 20,9 por ciento el pasado mayo-, el más alto de la Unión Europea (UE), con una tasa de desempleo juvenil del 44,4 por ciento.
Según "The Economist", la principal razón del elevado paro es la poca flexibilidad del mercado laboral español, donde resulta difícil despedir a trabajadores antiguos, que van acumulando incrementos, lo que se contrarresta con la proliferación de contratos temporales para nuevos empleados.
Ante este panorama, muchas de las grandes empresas, como telefónica, optan por trasladar y expandir sus operaciones en el extranjero, agrega la publicación.
En definitiva, concluye la revista británica, la vulnerabilidad del Estado español a la crisis en la eurozona dependerá de cuál de las dos Españas prevalezca, la competitiva o la que no lo es, y, en todo caso, "se necesitarán muchas más reformas que las planeadas".
"The Economist" advierte además de que los mercados permanecerán inquietos en cuanto a la evolución de la economía española si estas reformas necesarias se ralentizan con vistas a las elecciones generales de marzo del 2012. EFE