Arantxa Iñiguez
Fráncfort (Alemania), 27 mar (.).- El Banco Central Europeo (BCE) está preocupado por el debilitamiento económico de la zona del euro, mayor de lo esperado, y asegura que tiene suficientes instrumentos para reaccionar en caso de necesidad.
Este ha sido el mensaje que han transmitido hoy varios de sus miembros en una conferencia sobre la normalización de la política monetaria organizada por la Universidad Goethe de Fráncfort.
El presidente del BCE, Mario Draghi, aseguró que la política monetaria en la eurozona seguirá siendo expansiva y responderá a cualquier cambio en las perspectivas de inflación.
El recuerdo de la crisis de endeudamiento soberano planea de nuevo en Fráncfort ante la elevada deuda de países como Italia.
Draghi dijo que no les "faltan instrumentos" para cumplir su mandato y que los riesgos para las perspectivas de crecimiento siguen estando a la baja.
El presidente del BCE añadió que el año pasado el crecimiento económico se debilitó en la zona del euro y que este debilitamiento se han extendido en 2019.
Este debilitamiento ha estado impulsado por la incertidumbre en la economía global, que se ha contagiado al sector exterior.
"Hasta ahora, la economía interior ha permanecido relativamente resistente y los impulsores de la actual expansión se mantienen", apostilló Draghi en la conferencia.
Las medidas de política monetaria que el Consejo de Gobierno decidió a comienzos de marzo reflejan este debilitamiento de la economía.
"Ante una perspectiva económica más débil, ayudarán a mantener la política monetaria expansiva que logramos preservar el año pasado", apostilló Draghi.
El Consejo de Gobierno del BCE ha frenado la normalización de la política monetaria al posponer a comienzos de marzo la primera subida de tipos de interés desde 2011 hasta finales de 2019, hasta entonces había dicho que los tipos seguirían en el nivel actual, al menos, hasta el verano.
También decidió inyectar más liquidez a largo plazo a condiciones favorables.
El BCE cobra a los bancos un 0,4 % por el exceso de sus reservas en la entidad y les presta al 0 %.
"El BCE adoptará todas las acciones de política monetaria necesarias y proporcionadas para lograr su objetivo. No nos faltan instrumentos para cumplir nuestro mandato", dijo su presidente.
El economista jefe del BCE, Peter Praet, también destacó en su intervención que el BCE tiene suficientes posibilidades para reaccionar a un fuerte debilitamiento de las perspectivas económicas.
El presidente del BCE también dijo hoy que estudian aplicar medidas para mitigar los efectos secundarios de los tipos de interés negativos en la rentabilidad de los bancos.
"Seguiremos observando cómo los bancos mantienen unos beneficios sanos, al mismo tiempo que se compensan los bajos márgenes de interés. Y, si es necesario, necesitamos reflejarlo en posibles medidas que puedan preservar las implicaciones favorables de tipos de interés negativos para la economía, y mitigar al mismo tiempo los efectos colaterales" para los bancos.
El BCE capta intereses de los bancos que depositan su dinero en la entidad monetaria.
No obstante, Draghi consideró que la baja rentabilidad de los bancos no es una consecuencia inevitable de los tipos de interés negativos.
El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, advirtió en su intervención de que "el deterioro de las perspectivas económicas aumenta el riesgo de inestabilidad financiera".
De Guindos dijo que "un crecimiento económico bajo incrementa la preocupación sobre la sostenibilidad de la deuda soberana" e hizo hincapié en que una trayectoria de crecimiento más débil dificultará que algunos países de la zona del euro reduzcan su endeudamiento.
Por ello "un bajo crecimiento y una deuda del sector público elevada dejarán a algunos países de la zona del euro vulnerables a unos costes de financiación más elevados", apostilló de Guindos.
También dijo que el proteccionismo y la elevada incertidumbre política en Europa "puede amplificar correcciones potenciales de las primas de riesgo de la deuda soberana".
No obstante, De Guindos enfatizó en que pese a estos riesgos, indicadores de tensión en los mercados de bonos soberanos de la zona del euro "han permanecido relativamente contenidos en 2019" y la preocupación por la sostenibilidad de la deuda es específica sólo para algunos países, sin citar a ninguno, pero en referencia a Italia.