Shanghái (China), 5 mar (EFE).- La Comisión Reguladora del Sector Bancario de China, a través de su oficina en Shanghái, planea vigilar de manera muy estricta la venta de productos financieros susceptibles de causar riesgos y pérdidas a los inversores en la capital económica del país, sede de su mayor mercado de valores.
Según reveló una fuente no identificada, aunque relacionada con esta iniciativa, al diario oficial "Shanghai Daily", que publica hoy la noticia, el regulador bancario ha preparado una serie de normas para vigilar mejor los productos de inversión bursátil y de gestión de activos, así como sus políticas aseguradoras de la inversión.
La idea, pionera en China, y que podría aplicarse después en el resto del país, es que el regulador pueda iniciar una investigación particular sobre un producto concreto en cuanto reciba 10 quejas sobre el mismo caso por parte del público.
"El borrador ha provocado bastante inquietud entre los bancos, porque algunas de las normas son difíciles de poner en práctica, y otras les suponen altos costos y mucho consumo de tiempo", explicó la fuente.
El regulador ha sometido ya su borrador al proceso de consulta y recogida de opiniones por parte del público y las propias entidades bancarias, chinas y extranjeras, que operan en Shanghái, según es habitual en este tipo procedimientos en el país comunista antes de que una nueva normativa de este tipo entre en vigor.
Según las nuevas normas, para los productos de inversión estructurada sin garantía para el capital principal invertido, los clientes tendrán en Shanghái un período de gracia para arrepentirse y cancelar su inversión si cambian de opinión, una medida inédita hasta la fecha en toda China.
A los bancos se les obligará a informar a los clientes que contraten sus paquetes de inversión de todo lo necesario para garantizar que son conscientes de los riesgos de suponen, como la posible pérdida del capital principal invertido.
Para los productos financieros en general, las nuevas normas obligarán también a los bancos a contratar a terceras entidades externas, que garanticen a los clientes que, en los productos que vayan a contratar, el banco detalló adecuadamente toda la información sobre el producto y su declaración de riesgos.
Estas nuevas normas se suman a las instrucciones dictadas recientemente por el regulador a todos los bancos comerciales chinos para que lleven a cabo inspecciones internas de sus sucursales y sus empleados, para garantizar que no venden ningún producto financiero no autorizado.
Shanghái tiene uno de los mercados de valores más volátiles del planeta, como ocurre también con Shenzhen, el segundo parqué del país, dada la tendencia de muchos inversores sin formación económica a volcar gran parte de sus ahorros en la bolsa o en productos financieros.
Los inversores individuales mueven cerca del 86 por ciento del volumen de negocios anual de las bolsas chinas, cuando lo habitual en los mercados internacionales es que supongan sólo entre el 40 y el 50 por ciento. EFE