Manila, 25 sep (.).- El Banco Asiático de Desarrollo (BAD) mantuvo este miércoles la previsión de crecimiento de China para este año en un 4,8%, en un contexto de debilidad del sector inmobiliario y amenazas deflacionarias que llevaron a las autoridades chinas a anunciar la víspera un amplio paquete de estímulos.
La institución, con sede en Manila, subrayó que el efecto negativo de la crisis inmobiliaria se ha visto en parte equilibrado por una mayor inversión, apuntalada por políticas monetarias y fiscales "estimulantes" y exportaciones más altas de lo esperado.
Así, mantiene en un 4,8 % su previsión de crecimiento de la potencia asiática, la misma estimación que calculó en su informe previo el pasado abril.
También deja fijado en un 4,5 % su previsión para 2025, arrastrada por la "corrección prolongada" del sector inmobiliario y una "débil confianza de los inversores y los consumidores".
La previsión del BAD para 2024 es inferior a la del Fondo Monetario Internacional (FMI), del 5 %, mientras ambos coinciden en su cálculo para 2025.
"Las investigaciones de BAD indican que la inversión apoyará la demanda doméstica mientras la corrección del mercado inmobiliario continúa", señaló el director del BAD para China, Safdar Parvez.
"La demanda global y las ventajas de los costes domésticos en manufactura también deberían impulsar las exportaciones", agregó Parvez, según el comunicado del banco.
La institución reduce en cambio la previsión inflacionaria en contraste con abril. Mientras la proyección entonces para 2024 era del 1,1 %, la sitúa ahora en un 0,5 %, avivando los temores deflacionistas, lo que justifica por la persistente tendencia a la baja de los precios de los alimentos.
El crecimiento será impulsado en 2024 y 2025, evalúa, por industrias como los semiconductores, la inteligencia artificial, los vehículos eléctricos, así como las renovables, pero será lastrado por la crisis inmobiliaria, donde las inversiones "probablemente continúen contrayéndose el próximo año".
Además de este inconveniente, el BAD prevé riesgos como la escalada de las tensiones comerciales, con Bruselas y Washington decididas a frenar ciertas importaciones chinas.
Ante esta coyuntura las autoridades chinas anunciaron la víspera un paquete de estímulos con medidas de apoyo al sector financiero, al inmobiliario y al mercado de valores.
Entre ellas, el Banco Popular de China (BPC, banco central) reducirá el porcentaje de fondos que un banco no puede prestar, liberando más de 140.000 millones de dólares de liquidez en el mercado.
Asimismo, se reducirán los intereses de los préstamos hipotecarios ya existentes y se bajará al 15 % la cuota mínima de entrada que deben abonar quienes deseen comprar una segunda vivienda.
Las autoridades también anunciaron la creación de mecanismos para ofrecer unos 114.000 millones de dólares tanto en financiación a firmas de valores, fondos o aseguradoras, como en créditos para que las empresas que cotizan en bolsa recompren sus acciones y eleven así su valor en el mercado.
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