Fráncfort (Alemania), 17 feb (.).- El Banco Central Europeo (BCE) prevé escasos efectos de segunda vuelta por subidas de salarios y pensiones en la zona del euro como consecuencia de ajustes a la elevada inflación actual, que se debe al encarecimiento de la energía.
El BCE dice en su boletín económico, publicado este jueves, que "la probabilidad de que los sistemas de fijación de salarios desencadenen efectos de segunda vuelta como consecuencia de la indexación a la inflación es relativamente limitada en la zona del euro, sobre todo cuando la inflación viene determinada por la subida de los precios de la energía".
Pero "si la respuesta de los salarios y de las pensiones a un incremento de la inflación genera efectos de segunda vuelta, entonces una perturbación inflacionista puede prolongarse", advierte el BCE.
Los efectos de segunda vuelta se producen cuando un aumento de la inflación provoca una subida de sueldos.
La transmisión es más probable cuando la indexación de salarios y pensiones es automática, pero también puede desempeñar un papel importante en las negociaciones salariales.
"La indexación de los salarios públicos a los precios es relativamente limitada y se aplica, aproximadamente, a una quinta parte de estos salarios en la zona del euro", según el BCE.
La indexación total o parcial a los precios se aplica en cinco países, que representaron el 19 % de la remuneración de los asalariados públicos de la zona del euro en 2021.
En dos de ellos, Bélgica y Luxemburgo, todos los salarios públicos están indexados automáticamente a los precios.
En Chipre y Malta, el sistema de indexación es similar, pero más restringido, y está clasificado como parcialmente automático.
En Italia, la inflación esperada, excluida la energía, se tiene en cuenta durante las negociaciones para la renovación de los contratos.
Si la inflación resulta ser más elevada que la subida de los salarios públicos durante el período de contratación de tres años, la diferencia se compensa en el siguiente trienio.
Pero en la mayoría de los países de la zona del euro, los salarios públicos no están indexados de forma automática a la inflación, y esta no se tiene en cuenta en la fijación de los salarios.
No obstante, la inflación puede tenerse en cuenta en las negociaciones de los salarios públicos.
Actualmente, los salarios públicos están congelados en Grecia y en Francia, en este último país hasta el final de 2022, aunque no se aplica en educación y sanidad, ni a los que perciben salarios bajos.
Las pensiones de la zona del euro se indexan automáticamente, en su totalidad o en parte, a los precios y salarios, en casi todos los países, la mayoría de forma retrospectiva.
La indexación total de las pensiones públicas a los precios se aplica en Bélgica, Grecia, España, Italia, Luxemburgo y Eslovaquia, que representaron el 37 % del gasto en pensiones de la zona del euro en 2021.
En España, el crecimiento de las pensiones ligado a la inflación está recogido en una nueva ley que se aplicará a partir de 2022, tras un régimen de indexación no automática vigente desde 2014.
En Grecia, actualmente está en vigor una congelación nominal, y la fórmula de indexación automática de las pensiones se volverá a aplicar a partir de 2023.
La indexación automática parcial a los precios se realiza en diez países de la zona del euro, que representan un tercio de los costes de las pensiones de la zona, son Francia, Chipre, Austria y Portugal, Estonia, Letonia, Lituania, Malta, Eslovenia y Finlandia.
La indexación de las pensiones a los salarios del conjunto de la economía y al salario mínimo se aplica en Alemania y en Países Bajos, respectivamente, que juntos representaron alrededor del 30 % del gasto en pensiones de la zona del euro en 2021.
Irlanda es el único país sin sistema de indexación automática y el aumento de las pensiones públicas se decide por norma en la ley de presupuestos para cada año.