Buenos Aires, 16 mar (.).- El desempleo en Argentina se situó en el 7,6 % en 2016 y confirmó una tendencia a la baja que se mantiene desde el pasado agosto, sin embargo, esta buena noticia para el Gobierno llegó hoy acompañada de la convocatoria de una huelga general para el próximo 6 de abril por parte del principal sindicato del país.
Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que publica el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) de Argentina, el desempleo pasó del 9,3 % contabilizado en el segundo trimestre del pasado año, al 8,5 % en el periodo siguiente y al 7,6 % que cerró el año.
No obstante, el informe asocia esta bajada con la caída de la población que se considera activa (la que trabaja o la que busca trabajo de forma activa), que bajó casi cinco puntos porcentuales con respecto al anterior trimestre y se situó en el 45,3 %.
Además, los datos muestran un descenso de las personas que trabajan en el ámbito formal con respecto al segundo trimestre (41,9 % frente a un 42,1 %), y un alza de la subocupación, que en el segundo trimestre se ubicó en el 11,2 %, cayó hasta el 10,2 % en el tercero y trepó ligeramente hasta el 10,3 % en el último periodo.
Pocos minutos antes de que el Indec publicara hoy los datos, que fueron bien recibidos por el oficialismo, la principal central sindical del país, la Confederación General del Trabajo (CGT), anunció una huelga general de 24 horas para el próximo 6 de abril.
La bajada del desempleo es el único de los grandes datos macroeconómicos que avalan la gestión del presidente argentino, Mauricio Macri, ya que la inflación sigue disparada -en febrero se situó en el 2,5 % respecto al mes anterior- y la actividad económica sigue estancada, según las cifras oficiales.
Por eso, la CGT, que durante el 2016 fue uno de los principales aliados del Gobierno para mantener la paz social en Argentina, lanzó un ultimátum la semana pasada al Ejecutivo en una masiva movilización que terminó con el anuncio de la huelga general, a la que hoy puso fecha definitiva.
La Central de Trabajadores de Argentina (CTA), otra de las principales agrupaciones del país, anunció ayer un paro y una movilización para el jueves 30.
Los sindicatos piden al Ejecutivo de Macri un cambio en las políticas económicas aplicadas durante el último año, que, a su juicio, revirtieron en un retroceso del bienestar de los argentinos y en un aumento de la pobreza.
De hecho, la Universidad Católica Argentina (UCA) alertcó el pasado día 9 en un informe de una subida de la pobreza en las poblaciones urbanas del país, que en el tercer trimestre afectaba a más de 13 millones de personas.
"Hay un malestar generalizado en amplias capas de la población", aseguró hoy Juan Carlos Schmid, uno de los tres integrantes del consejo directivo de la CGT en la rueda de prensa para anunciar la medida de fuerza, que será la primera huelga general que afronte el Gobierno de Macri en sus 15 meses de existencia.
El Ejecutivo se muestra confiado en que los índices económicos irán mejorando poco a poco y carga contra los sindicatos por haber renunciado al diálogo en detrimento de intereses políticos, ya que en octubre hay comicios legislativos que renovarán a una gran parte del Parlamento.
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, afirmó hoy que en algunos sectores "no hay una pretensión de resolver el problema, sino de generar un costo político al Gobierno", al tiempo que reclamó volver a la "senda del diálogo" que granjeó varios éxitos políticos durante el pasado año.
Después de reinaugurar junto a Macri un centro de producción de las compañía automovilísticas Peugeot (PA:PEUP) y Citroën en la provincia de Buenos Aires, Triaca pidió el diálogo y criticó una cultura existente "donde todo se debate en la calle, donde el corte -de calles- es la regla, no la excepción."
"Me parece que tenemos que volver a una cultura de diálogo donde encontremos soluciones", concluyó.