Londres, 3 dic (EFE).- La comisión de cuentas públicas del Parlamento británico divulgó hoy un informe en el que tacha de "inmoral" la fiscalidad de algunas multinacionales que minimizan el pago de impuestos en el Reino Unido.
Tras interrogar en noviembre a directivos de las empresas globales Starbucks, Google y Amazon, el comité que preside la diputada laborista Margaret Hodge concluyó que los argumentos de esas compañías para justificar sus estrategias fiscales son "poco convincentes" e instó al Gobierno a "tomar medidas".
"La insoslayable conclusión es que las multinacionales están explotando sus estructuras y la legislación fiscal vigente para trasladar al extranjero beneficios que claramente se han generado gracias a su actividad en el Reino Unido", sostuvo la comisión.
Según el informe, la cadena de cafeterías Starbucks, instalada en el Reino Unido desde 1998, alcanzó unas ventas en 2011 cercanas a los 400 millones de libras (500 millones de euros), si bien apenas pagó impuestos dado que transfirió gran parte de sus ganancias a la rama holandesa de la compañía en concepto de regalías.
La empresa afirmó ante el Parlamento que ha registrado pérdidas en 14 de los 15 ejercicios en los que ha rendido cuentas ante la Hacienda británica, un extremo que la comisión consideró "difícil de creer", así como "inconsistente" con otras afirmaciones de la compañía, que ha calificado de éxito sus resultados ante los accionistas.
La cadena de cafeterías divulgó por su parte una nota en la que subrayó que ha "cumplido con todas las leyes fiscales" británicas, aunque su negocio "lamentablemente no ha sido tan rentable" como esperaban.
Aún así, tras la comparecencia ante los diputados de su director financiero, Troy Alstead, Stabucks admitió que necesita "hacer más" para "mantener y construir la confianza de la gente".
La tienda virtual Amazon, por su parte, registró un volumen de negocio en el Reino Unido de 207 millones de libras (259 millones de euros) en 2011, a pesar de lo cual depositó tan solo 1,8 millones de libras (2,8 millones de euros) en las arcas británicas.
La multinacional de origen estadounidense hizo estas operaciones en las que estuvieron involucrados cerca de 15.000 empleados el pasado año, según los diputados, que lamentaron que el director de Políticas Públicas del grupo, Andrew Cecil, respondiera a sus preguntas "con evasivas y estuviera poco preparado para contestar" a algunas de sus cuestiones.
El informe del Parlamento señala además que el responsable de Google en el norte y el centro de Europa, Matt Brittin, aceptó que la carga fiscal sobre los beneficios debería pagarse en el país donde éstos se generan, si bien "minó su propio argumento" al admitir que las ganancias que se producen fuera de Estados Unidos se transfieren a países con leyes fiscales favorables.
Las tres compañías "admitieron que junto con la responsabilidad ante sus accionistas también deben responder ante la sociedad", señala la comisión, que resalta sin embargo que "su utilización de las leyes fiscales nacionales e internacionales para minimizar inmoralmente sus obligaciones fiscales no se puede defender". EFE