Madrid, 24 oct (.).- Acabar con la discriminación femenina en el mercado laboral requiere de medidas que rompan el monopolio masculino en los puestos directivos, como la imposición de cuotas obligatorias de representación femenina en los consejos de administración.
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha presentado hoy un informe en el que detalla que la brecha laboral de las mujeres supone "una pérdida de fuerza laboral y de talento que no se puede permitir".
Por ello, recomienda establecer cuotas de género de manera gradual y de carácter temporal en los consejos de administración, así como un sistema transparente de plazos de implementación y sanciones por su incumplimiento.
Fedea pone como ejemplo el resultado de la experiencia italiana, que impuso (bajo sanción) cuotas de género en los consejos de las empresas publicas y de las que cotizan en bolsa, con una implantación gradual en tres años y temporal (durante tres mandatos).
Con ella, la presencia de consejeras pasó en cinco años de representar el 6 % al 30 % del consejo, ha mejorado la gobernanza con mejores procesos de selección y ha tenido un impacto positivo en la cotización bursátil de las empresas.
En España, a juicio de Fedea, las mujeres están claramente infrarrepresentadas en las posiciones de poder y liderazgo, tanto en el ámbito público (aunque en línea con la media europea) como en el privado (significativamente peor que en el resto de Europa).
En concreto y pese a que ha mejorado la situación en los últimos años, en las empresas menos del 17 % de los consejeros son mujeres (por debajo de la media europea) y la brecha salarial se amplifica en los sueldos más altos.
Además de la mejora de la representación de las mujeres en los puestos de dirección, para Fedea es necesario mejorar las condiciones laborales que permitan compaginar la maternidad con el trabajo.
Según el informe, las mujeres están mejor preparadas que los hombres para enfrentarse al mercado laboral y aunque su participación en él se sitúa ya en la media de la UE, las condiciones laborales son inferiores y asumen el peso de las tareas domésticas y familiares.
Como soluciones, Fedea recomienda mejorar la cobertura pública de la etapa educativa de 0 a 3 años y la flexibilidad laboral en términos de jornada y lugar de trabajo.
Además, considera necesario trabajar en la implicación de los padres, con permisos de paternidad intransferibles, un periodo obligatorio (de 1 o 2 días) o incentivar su disfrute premiando a la madre con más tiempo o remuneración.
La incorporación de las mujeres al mercado laboral ha pasado del 35 % de las que había en edad de trabajar en 1985, al 68 % de las 15,3 millones de las que hay en la actualidad (por encima de la media de la UE).
Aunque la diferencia entre el porcentaje de trabajadores y trabajadoras está en la media de la UE, el informe incide en que "hay margen de mejora en las generaciones de menos de 30 años", porque, aunque están mejor preparadas, su participación laboral es menor.
Así, el 67 % de las mujeres de entre 20 y 50 años ha completado la educación secundaria, frente al 58 % de los hombres; y el 43 % de las féminas tiene estudios terciarios, ante el 36 % de los varones.
Además, la brecha educativa a favor de las mujeres se amplifica en las generaciones más jóvenes.
No obstante, la maternidad se perfila como uno de los factores que perjudican su participación en el mercado laboral, puesto que supone una desconexión y porque asumen el peso de la crianza.
Según sus datos, la distribución de las tareas domésticas por género es sumamente desigual, ya que las mujeres dedican diariamente 2,5 horas más a la casa e hijos que los hombres, 1,4 horas menos al trabajo y 1 hora menos a su ocio.
En cuanto a las condiciones laborales de las mujeres, el subdirector de Fedea, Jose Ignacio Conde-Ruiz, ha explicado que la tasa de paro es mayor que en los hombres, y también es más alta la de temporalidad y la de parcialidad no deseada, al tiempo que la brecha salarial es del 20 %.