Viena, 22 jul (EFE).- El Parlamento de Hungría vota hoy una
polémica ley para imponer un impuesto a los bancos, compañías de
seguros y fondos de inversión, con el que el Gobierno conservador de
Viktor Orbán espera recaudar el 0,8% del PIB de este año.
El Gobierno, cuyo partido, el Fidesz, cuenta con una aplastante
mayoría de más de dos tercios de los escaños parlamentarios, desafía
así al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a la Unión Europea
(UE), que exigen mayores recortes de gastos estructurales.
Orbán espera limitar ahorros impopulares con el impuesto
bancario, y obtener del sector financiero unos 200.000 millones de
forintos (unos de 700 millones de euros).
Esa suma ayudaría a no superar el 3,8% de déficit presupuestario
acordado como límite con el FMI y la UE.
Para ello, los bancos deberán pagar al Estado el 0,45% de la suma
de sus balances, las compañías de seguro un 5,2% de sus ingresos y
las demás entidades financieras (bolsa, agentes financieros,
gestores de fondos de inversión) el 5,6% de sus ingresos, según el
proyecto de ley.
"Esto está tallado en piedra", ha asegurado el ministro magiar de
Economía, György Matolcsy, al vaticinar que no habrá cambios en la
decisión sobre la tasa al sector financiero, que es parte de un
paquete de medidas más amplio a debate y voto hoy en el Parlamento
de Budapest.
El FMI, el Banco Mundial (BM) y la UE acordaron en octubre de
2008 conceder 20.000 millones de euros de ayuda financiera a Hungría
para evitar la bancarrota estatal con la condición de que su
gobierno aplicara un estricto programa de austeridad.
Pero en su campaña electoral, Orbán ya prometió reducir impuestos
y aliviar las dolorosas medidas de austeridad para la población,
pese a las exigencias de los organismos internacionales.
La nueva ley económica prevé también una reducción del impuesto a
las sociedades (de un 16% a un 10%) para las pymes y del tope
salarial de ejecutivos en el sector público. EFE