Pekín, 15 sep (EFE).- El presidente del Banco Mundial (BM),
Robert B. Zoellick, dijo hoy en Pekín que la revaluación de la
moneda china, el yuan, sería una buena señal pero no un sustituto de
los cambios estructurales que necesita la segunda economía mundial.
"La apreciación del renminbi (yuan) sería una buena señal para
los precios que reforzaría la dirección de los cambios
estructurales", precisó Zoellick en una rueda de prensa al referirse
a un aumento de la demanda interna destinado a independizar la
economía china de sus exportaciones.
El presidente del BM agregó que comparte "la opinión que el Fondo
Monetario Internacional (FMI) ha expresado de que sería apropiado
tener una apreciación de la moneda. Pero no es la panacea. Los
problemas estructurales son fundamentales y tienen que ser
resueltos", agregó en relación al aumento del consumo interno.
Según el FMI el yuan está devaluado hasta en un 27 por ciento.
No obstante, Zoellick apostilló que no sólo China necesita esos
cambios estructurales, sino "también Estados Unidos y otros países",
a los que recomendó aumentar su capacidad de ahorro y solucionar su
deuda a largo plazo.
La revaluación del yuan fue uno de los asuntos clave que el
presidente del BM abordó en la última semana durante sus encuentros
con los líderes chinos, muy conscientes, dijo, de la necesidad de
incrementar el consumo y la demanda interna y de dar más cancha al
sector privado y a las PYMES.
Washington acusa a Pekín de mantener artificialmente barata su
moneda con el fin de promover sus exportaciones, una crítica que
arrecia en vísperas de elecciones y a pesar de que el banco central
chino ha permitido una ligera apreciación este verano.
En cuanto a la economía mundial, Zoellick habló de
incertidumbres, y aunque prácticamente descartó la posibilidad de
una recaída de la crisis, advirtió de una recuperación lenta y con
un desempleo alto en EEUU, y mejores perspectivas para Europa.
En este sentido, el presidente del BM recalcó el cambio de
poderes en el mapa mundial, calificó la recuperación de China como
"inmensamente importante" para la recuperación global y destacó sus
"beneficios en otros países en desarrollo".
Zoellick defendió la inversión que Pekín lleva a cabo en África a
cambio de petróleo y minerales y que ha sido calificada de
"neocolonialismo" por algunos países occidentales, y agregó que el
BM y China tienen previsto colaborar en esa región y en Asia para
ayudar al desarrollo aprovechando la experiencia china.
El próximo paso de la República Popular es equipararse con los
países de altos ingresos en un máximo de 20 años al tiempo que
protege el entorno y los recursos naturales y comparte sus
responsabilidades en la economía internacional, agregó.
Zoellick justificó la inversión del BM de 1.600 millones de
dólares el año pasado en China, a pesar de ser ya la segunda
potencia económica, como parte de una "transferencia de
conocimientos" que en un 70 por ciento está destinada a ayudar al
país asiático a conservar el medio ambiente, lo que atañe a todo el
planeta.
Recordó también que aunque China ha sacado a 400 millones de
personas de la pobreza en los últimos 30 años, un 70 por ciento de
su población todavía vive con dos dólares diarios, y que sólo este
logro ya garantiza la consecución de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio de la ONU, en vísperas de la reunión que se celebrará la
semana próxima en Nueva York.
Durante su estancia en China, Zoellick se reunió con el
presidente chino, Hu Jintao; con los viceprimeros ministros Li
Keqiang y Wang Qishan, con los ministros de Finanzas, Xie Xuren, y
de Comercio, Chen Deming, entre otros, además de visitar Pekín,
Shanghái, Guangzhou y la provincia de Guizhou. EFE