Natalia Kidd
Buenos Aires, 21 ago (.).- La economía de Argentina acumuló una caída del 3,2 % en el primer semestre del año, un periodo marcado por las políticas de 'shock' del presidente Javier Milei y que, tras el tibio repunte logrado en mayo, cerró con un nuevo traspié en junio.
Según informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el estimador de la actividad económica, un indicador que sirve como anticipo provisional para medir la variación trimestral del Producto Interior Bruto (PIB), registró en junio pasado una caída del 3,9 % en comparación con igual mes de 2023, revirtiendo la mejora del 1,9 % conseguida en mayo tras seis meses consecutivos de contracción interanual.
De acuerdo al informe oficial, el indicador retrocedió 0,3 % en comparación con mayo último, también dejando atrás la tenue recuperación del 0,7 % que se había registrado en el quinto mes del año.
Así, el primer semestre cerró con una contracción acumulada del 3,2 %.
En la primera mitad del año, la actividad económica se vio impactada por los efectos de la súbita devaluación del peso argentino en diciembre pasado, apenas iniciado el Gobierno de Milei, y del drástico programa de ajuste puesto en marcha por el nuevo Ejecutivo.
En el primer semestre, los diversos sectores económicos operaron en un escenario de muy elevada inflación (271,5 % interanual en junio; 79,8 % acumulado en el semestre), con una fuerte caída de los ingresos de los hogares en términos reales que impactó de lleno en la demanda, golpeando al comercio y a varios sectores industriales.
Según el Indec, nueve de las 16 divisiones incluidas en la medición tuvieron caídas interanuales en junio, destacando las de la construcción (-23,6 %), la industria manufacturera (-20,4 %) y el comercio (-18,6 %).
Ni siquiera el repunte del sector agropecuario, un sector con fuerte peso en la economía argentina, tras un demoledor 2023 marcado por la sequía y, en menor medida, el impulso de la minería, lograron evitar la caída generalizada de la actividad de junio.
De acuerdo al informe oficial, en el sexto mes del año la agricultura dio un salto interanual del 82,4 %, mientras que la explotación de minas y canteras creció 4,6 %.
El año pasado, la actividad económica de Argentina se contrajo un 1,6 %, desde el crecimiento del 5 % registrado en 2022.
De acuerdo a los economistas privados que mensualmente consulta el Banco Central argentino para su informe de expectativas, en 2024 la economía argentina descenderá en un 3,7 %.
Según Juan Manuel Franco, economista jefe de la firma SBS, "mirando a julio, los indicadores tienen en su mayoría un sesgo al alza en la comparación intermensual".
No obstante, apuntó que una dinámica sostenida al alza en la actividad "podrá venir sólo en un entorno macroeconómico de mayor normalización", para la que resultará "crucial" una remoción de los controles de cambios.
"Así, de cara a los próximos meses, seguimos pensando que la dinámica podría exhibir oscilaciones, alternando subas y bajas, al menos hasta que se dé una señal contundente hacia la normalización como creemos sería el dar pasos firmes hacia la salida de estos controles", indicó el economista en un informe.
Además, según observó, se deberá seguir de cerca "la dinámica cambiaria dado que sobresaltos en la nominalidad podrían afectar negativamente a la actividad por la hipotética escalada en la incertidumbre y por el efecto adverso sobre un consumo privado que aún sigue en niveles bajos".