Roma, 2 ene (.).- El precio de la gasolina en Italia se ha encarecido, de media, unos 20 céntimos el litro con la llegada del año nuevo, impactada por el fin del periodo de descuento aprobado por el Gobierno en marzo pasado y que se aplicaba en los impuestos con los que se carga la venta de carburantes en el país.
El 2023 ha arrancado con una subida directa de 18,3 céntimos en los impuestos que los italianos pagan por cada litro de gasolina y gasóleo repostado, entre tasas directas e indirectas, a la que se ha sumado el encarecimiento generalizado del combustible, que ya empezó a notarse en los últimos días del 2022.
Hoy, la gasolina de autoservicio se sitúa, de media, a 1,732 euros por litro, el gasóleo a 1,794 y el gas licuado de petróleo (GLP) a 0,780.
Más caros son los precios en las estaciones con trabajadores que sirven la gasolina, donde el litro de gasolina se eleva hasta los 1,891 euros y el gasóleo a 1,953.
El alza de precios supone pagar unos 6 euros más que el pasado 30 de diciembre por llenar un depósito de 30 litros de combustible, habitual en los coches de tamaño medio, según los medios locales.
La venta de carburantes en Italia se grava con un impuesto directo, el IVA, y varios indirectos especiales, aquellos en los que se aplicaban los descuentos aprobados inicialmente el 18 de marzo del 2022 en un decreto del anterior Ejecutivo italiano y que se fue prorrogando hasta finales de año.
El decreto inicial preveía 25 céntimos de reducción en el precio por litro, que se fue adoptando a las subidas y bajadas en el coste de los carburantes.
Con la desaparición de estos descuentos, que formaban parte de un paquete de medidas para hacer frente a la escalada de precios provocada por la guerra en Ucrania, los carburantes regresaron a los precios registrados el 21 de marzo del 2022, según las mismas fuentes.
Pese al encarecimiento de este inicio de año, los precios de la gasolina todavía se mantiene lejos de los 2,014 euros el litro que alcanzó entre el 6 y el 12 de junio del pasado año.
Los nuevos presupuestos aprobados el pasado jueves por el Gobierno de Italia sustituyen los descuentos en los carburantes por medidas alternativas para hacer frente a la crisis energética y prevé destinar 21.000 millones de euros para bonificar fiscalmente el consumo de energía de empresas y hogares.