Investing.com – La tasa anual de inflación de los precios al consumo del Reino Unido sube inesperadamente en febrero, aunque sigue por debajo del objetivo de inflación fijado por el Banco de Inglaterra, permitiendo que el banco central se siente a esperar hasta que haya algo más de claridad en la cuestión del Brexit.
El IPC del Reino Unido ha subido un 1,9% con respecto al año anterior, sorprendiendo a los economistas que había pronosticado una lectura plana con respecto a la del 1,8% de enero, que había sido su cota más baja desde diciembre de 2016.
Aunque los niveles actuales de inflación, junto con la incertidumbre política y económica que rodea la salida del Reino Unido de la Unión Europea, justifican la probable decisión del Banco de Inglaterra de mantener inalterada la política monetaria este jueves, la solidez del mercado laboral indica que habría también razones para subir los tipos.
Los datos de empleo de enero publicados esta semana no sólo han indicado la mayor tasa de creación de empleo desde 2015 sino que han confirmado que los salarios aumentaron a su ritmo más rápido desde la crisis financiera.
El economista internacional jefe de ING, James Knightley, se refirió el martes a los datos sobre empleo como "asombrosamente robustos". "Si el Gobierno consigue un aplazamiento largo del Brexit, la posibilidad de subida de los tipos por parte del Banco de Inglaterra este verano seguiría claramente sobre la mesa.