Javier Otazu
Lima, 26 feb (EFE).- El accidente ayer de una avioneta turística
en Perú sobre las Líneas de Nazca se suma al cierre de la ciudadela
inca del Machu Picchu, principal destino del país, y supone un nuevo
golpe al turismo, sector que desde 2002 no ha dejado de crecer y
aportar divisas.
"Sería iluso creer que esto no afectará al turismo; afectará
porque el turismo es frágil ante la imagen exterior, pero todo
dependerá de nuestra capacidad de reacción interna", comentó a Efe
Mara Seminario, viceministras de Turismo.
En la avioneta accidentada ayer, una Cessna que tenía más de 30
años, viajaban en cinco plazas tres turistas chilenos y una pareja
peruana con una niña de cinco años; todos ellos perecieron cuando el
piloto hizo una extraña maniobra en el aire y se estrelló muy cerca
del geoglifo llamado "La Araña".
Inmediatamente las autoridades de Aeronáutica cancelaron todos
los sobrevuelos sobre las famosas Líneas, que el año pasado fueron
visitadas por 214.028 turistas, prácticamente uno de cada diez de
los que ingresan en el país.
Aún hoy seguían cancelados los permisos de vuelo sobre los
famosos geoglifos, visibles sólo desde el cielo, mientras un equipo
de 15 inspectores del Ministerio de Transporte realizan una
investigación sobre lo sucedido.
En 2008 cinco franceses murieron en otro accidente similar al de
ayer y en una avioneta operada por la misma compañía, y al año
siguiente el turismo a las Líneas cayó en casi un 12 por ciento.
De momento es difícil saber cómo afectará en lo inmediato el
accidente de ayer a la llegada de turistas a Nazca, que tras el
cierre de Machu Picchu a principios de febrero se había convertido
en uno de los atractivos con más "tirón" del país.
Solo el cierre de Machu Picchu puede causar al país pérdidas
cercanas a los 400 millones de dólares por los efectos sobre el
turismo, según proyecciones del Observatorio Turístico del Perú, más
los 236 millones que supone toda la pérdida de infraestructuras en
esa región.
El analista del instituto de estudios económicos Centrum Católica
José Carlos Véliz explicó a Efe que el turismo supone entre el 3,5 y
el 4 por cien del total del Producto Interior Bruto del Perú, y una
caída brutal del turismo como la que se ha producido por el cierre
de Machu Picchu puede comprometer hasta un 0,6 por ciento del dato
final con que cierre el PIB este año.
Es más importante el turismo como proveedor de empleos directos:
en 2007 dio trabajo a 800.000 personas, recordó Véliz, quien alertó
de que en Cuzco el cierre temporal de hoteles y restaurantes ha
dejando en la calle a un buen número de trabajadores ligados al
ramo.
Véliz aludió a los males endémicos del turismo peruano: excesiva
dependencia de la "marca Machu Picchu", la escasa infraestructura
para poder alojar a un número potencialmente mayor de turistas y los
altos precios de transportes y hoteles para desplazarse en el
interior del país.
Así, muchos destinos alternativos a Machu Picchu, como la selva
amazónica o la cordillera andina siguen quedándose en un "potencial
turístico" porque atraen muchos menos turistas de los que podrían
llegar o de los que llegan a países con menor diversidad natural o
monumental. EFE