Fráncfort (Alemania), 26 sep (.).- La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha alertado este jueves de los riesgos de que las instituciones financieras dependan cada vez más de un pequeño número de proveedores de servicios tecnológicos externos, más en un contexto de tensiones geopolíticas y rápida adopción de la inteligencia artificial (IA).
Durante su intervención en la conferencia anual de la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS), que se celebró este jueves en Fráncfort (Alemania), la también presidenta de la institución ha explicado que la forma en la que las entidades financieras prestan sus servicios ha cambiado radicalmente por los avances de la tecnología, en especial, de la IA.
En su opinión, depender de tecnologías cada vez más sofisticadas puede crear nuevas vulnerabilidades para el sistema y la adopción generalizada de la IA también puede tener consecuencias sistémicas.
Al mismo tiempo, los avances en computación cuántica pueden suponer una grave amenaza para el sistema financiero basado en el cifrado, por lo que ha considerado fundamental "empezar a prepararse pronto".
"Nuestra tarea ahora es centrarnos en cómo los riesgos tecnológicos afectan las interconexiones y vulnerabilidades de todo el sistema financiero, y preguntarnos cómo podríamos ampliar nuestro conjunto de herramientas", ha afirmado.
Por ello, ha asegurado que tendrán que considerar una gama más amplia de escenarios y mejorar su capacidad para modelar el estrés financiero, además de eliminar los obstáculos que impiden el intercambio seguro de datos y progresar en la colaboración entre instituciones "para afrontar colectivamente los desafíos que tenemos por delante".
Junto a ella, la presidenta del consejo de supervisión bancaria del BCE, Claudia Buch, ha alertado de los riesgos geopolíticos, por lo que ha incidido en la necesidad de la cooperación internacional.
Además, ha pedido no dar marcha atrás en las reformas supervisoras de la regulación de Basilea III, ya que hacerlo "no solo debilitaría la resiliencia de los bancos en esta coyuntura crítica, sino también socavaría la confianza en la coordinación regulatoria global".
"Una estrecha cooperación internacional es fundamental para abordar la naturaleza global de los riesgos geopolíticos y las consecuencias potencialmente adversas para los bancos y las entidades no bancarias", ha defendido.