Atenas, 11 feb (EFE).- Una nueva huelga, esta vez de taxistas,
así como los continuos cortes de frontera por parte de los
agricultores, siguen elevando hoy la presión contra el plan de
ahorro del Gobierno griego para combatir la enorme deuda del país.
Tras la huelga general de funcionarios que ayer paralizó los
servicios públicos en todo el país, los 16.000 taxistas de Atenas
protagonizan hoy un paro de 24 horas y manifestaciones que están
colapsando el centro de la capital.
Los conductores protestan contra la liberalización del servicio y
la obligatoriedad de entregar recibos por cada carrera realizada,
una medida que pretende combatir el fraude fiscal.
Además, los agricultores mantienen los cortes en los pasos
fronterizos con Bulgaria que iniciaron hace ya tres semanas.
Aunque en algunos puntos los tractores que bloqueaban el paso se
retiraron ya ayer, en otros cruces fronterizos, como el de
Promachonas, continúan los piquetes que interrumpen el tráfico de
mercancías y particulares.
Los agricultores reivindican el pago de subvenciones, que se
fijen precios fijos al tabaco, el algodón y el maíz para protegerlos
de la especulación de los intermediarios, que se cancelen sus deudas
bancarias y que se otorguen ayudas al combustible.
Desde el Gobierno se ha asegurado que no hay fondos disponibles
para otorgar más ayudas al campo.
Grecia atraviesa una grave crisis financiera, con un
endeudamiento que supone ya el 113,7 por ciento del PIB.
Los sindicatos mayoritarios han convocado una huelga general para
el próximo día 24 para mostrar su rechazo al plan de austeridad del
Ejecutivo socialista.
La prensa griega de tendencia progresista se refirió hoy al
anuncio formulado ayer por Alemania y Francia de que acudirán en
ayuda del país helénico.
"Francia y Alemania vienen a nuestro rescate a cambio de
rigurosos intercambios políticos y económicos", titulaban algunos
medios y vinculaban esa ayuda al anuncio ayer del Ministerio de
Defensa de que adquirirá 6 fragatas de fabricación francesa por unos
2.500 millones de euros. EFE