Caracas, 1 may (EFE).- Trabajadores pro gubernamentales y
opositores celebraron hoy en paz y por separado en Caracas la
festividad del Primero de Mayo, reflejo de la división que
caracteriza a la sociedad venezolana en todos los ámbitos.
El lado oficialista marchó con miles de manifestantes por el
centro de Caracas, mientras que grupos de oposición se reunieron en
la Plaza Venezuela luego de que las autoridades no les otorgasen
permiso para que circulasen por una zona próxima a la de sus
adversarios.
Las autoridades argumentaron que el permiso no fue concedido para
prevenir actos de violencia ya que la ruta opositora discurría
paralela y a la misma hora que la oficialista, por la zona central
de Caracas, con una división de apenas dos calles.
La marcha oficialista contó con una asistencia notoriamente
superior a la opositora, aunque por las pancartas exhibidas y por
declaraciones de sus integrantes fue evidente que muchos de ellos
eran funcionarios o pertenecían a empresas públicas.
Los medios informativos afines a la oposición sostienen que los
funcionarios son presionados a asistir a las marchas, luciendo
camisetas rojas, bajo la amenaza de represalias laborales, algo que
niegan los representantes del sector estatal.
A efectos prácticos, el "regalo" del Gobierno a los trabajadores
en su día fue adelantar del 1 de septiembre al 1 de mayo un aumento
del salario básico del 15 por ciento, con lo que a partir de hoy
queda fijado en 1.223,89 bolívares (284,6 dólares).
El cronograma de aumento salarial para 2010 contemplaba un
aumento del 10 por ciento el 1 de marzo y otro del 15 por ciento el
1 de septiembre, pero anoche el presidente Hugo Chávez anunció que
había decidido adelantar la segunda subida.
Portavoces del Gobierno afirman que con esos aumentos se
neutraliza la inflación del 25,1 por ciento registrada en 2009.
Jesús Cova, secretario general de la opositora Confederación de
Trabajadores de Venezuela (CTV), dijo hoy a la prensa que los
obreros aspiraban a un aumento del salario mínimo del "40 por
ciento".
"El aumento dado no es suficiente y es discriminatorio, porque
los que no ganan el salario mínimo también necesitan de un aumento,
porque la inflación es una de las más altas del mundo", dijo Cova.
Añadió que "el Gobierno quiere acabar con los sindicatos y con la
empresa privada, con la democracia y la libertad, por eso los
trabajadores deben continuar en la lucha".
Una de las paradojas registrada en la concentración opositora fue
la presencia del jefe de la patronal, Noel Álvarez, y de María
Corina Machado, candidata opositora a la Asamblea Nacional y
representante de la "oligarquía venezolana", según el Partido
Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que dirige Chávez.
Por su parte, los lemas coreados y exhibidos en la marcha pro
gubernamental destacaron que el socialismo es la solución a los
problemas de los asalariados y que "la Revolución dignifica a los
trabajadores".
Ricardo Menéndez, ministro de Ciencia y Tecnología, dijo que
siendo importantes las reivindicaciones salariales no lo es menos
"construir la conciencia de clase que nos llevará a la independencia
definitiva".
El viceministro de seguridad ciudadana, Juan Romero, indicó que
no se registró ningún incidente destacable, ni en Caracas ni en el
interior del país, y confirmó que los actos de la capital estuvieron
guardados por 7.000 hombres entre agentes del orden y auxiliares
como paramédicos y bomberos.
El movimiento obrero en Venezuela, salvo casos puntuales en
sectores como el del hierro y el del aluminio, se ha desinflado
durante los últimos años o ha sido absorbido por la maquinaria
política del PSUV. EFE