Por Emelia Sithole-Matarise
HARARE (Reuters) - Emmerson Mnangagwa fue investido como presidente de Zimbabue este viernes en frente de miles de seguidores entusiastas en el estadio nacional de Harare, poniendo un punto final a los 37 años de mandato de Robert Mugabe.
Prestando juramento al cargo, el exjefe de seguridad de 75 años conocido como "el Cocodrilo", se comprometió a defender la constitución de la antigua colonia británica y proteger los derechos de los 16 millones de ciudadanos de Zimbabue.
Aunque la mayoría de los zimbabuenses celebraron la salida de Mugabe, de 93 años, bajo cuyo mandato uno de los países con perspectivas más brillantes de África se sumió en la penuria y el despotismo, algunos están preocupados por el futuro bajo el mandato de Mnangagwa.
En concreto, muchos cuestionan su papel en las llamadas masacres de Gukurahundi en Matabeleland en 1983, cuando se estima que unas 20.000 personas fueron asesinadas por la Quinta Brigada entrenada en Corea del Norte en una ofensiva contra los opositores a Mugabe.
Mnangagwa ha negado haber formado parte en las atrocidades cometidas y desde su regreso a Zimbabue después de dos semanas en la clandestinidad ha estado predicando la democracia, la tolerancia y el respeto por un estado de derecho.
"La gente ha hablado. La voz de la gente es la voz de Dios", dijo a miles de seguidores el miércoles en la sede de su partido gobernante ZANU-PF.
Sin embargo, el duro trato del ejército a los leales a Mugabe -el exministro de Finanzas Ignatius Chombo fue hospitalizado por las palizas recibidas cuando estaba bajo custodia militar, dijo su abogado- no ha disipado las preocupaciones sobre la idea real que tiene Mnangagwa sobre la democracia.
"Fue una forma muy brutal y draconiana de tratar con los opositores", dijo a Reuters el abogado de Chombo, Lovemore Madhuku..
Mugabe, que era el jefe de Estado en activo más anciano del mundo, dimitió el martes cuando el parlamento le impugnó, una semana después de que el ejército interviniese para tomar el poder.
Mnangagwa aseguró a Mugabe que su familia y él estarían a salvo en Zimbabue cuando ambos hablaron por primera vez desde que Mnangagwa regresó a su hogar esta semana, informó el viernes el periódico estatal The Herald.