(Actualiza con carta de respuesta del Banco Central al Gobierno)
Alba Gil
Sao Paulo, 8 ene (EFE).- Un Brasil debilitado por la aguda crisis política y económica que atraviesa cerró 2015 confirmando los peores pronósticos para la inflación, que superó la barrera de los dos dígitos hasta llegar al 10,67 %, su mayor nivel en los últimos 13 años.
El encarecimiento de los precios superó ampliamente el resultado del 6,41 % de 2014 y sobrepasó la meta oficial del Gobierno -situada en el 4,5 % y con un techo máximo de dos puntos porcentuales-, un escenario que el país no presentaba desde 2003.
Los datos divulgados hoy por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE) reafirmaron así las previsiones más pesimistas de la economía brasileña y rozaron las expectativas del mercado financiero, que se situaban en el 10,70 %.
Según analistas, la inflación de 2015 puede atribuirse a la devaluación del 48,3 % del real, que repercutió en el valor de las importaciones, y al aumento a principios de año de las tarifas controladas por el Gobierno, como los combustibles, el agua o la electricidad.
Para el economista y profesor de la estatal Universidad de Sao Paulo (USP) Heron Carlos Esvael do Carmo este reajuste llevado a cabo "de golpe" por el Ejecutivo, que en 2013 y 2014 congeló "artificialmente" el alza de los precios para tratar de controlar la inflación, disparó el indicador de 2015.
Por otra parte, la política cambiaria impactó, según Esvael do Carmo, directamente en el valor de las importaciones y en el precio de los alimentos (+12,03 %), principalmente de frutas y hortalizas y el segmento más perjudicado por detrás de la vivienda (+18,31 %) y por delante de los transportes (+10,16 %).
Como señaló al respecto el economista jefe de la firma financiera Gradual Investimentos, André Perfeito, "el pan se hace con harina de trigo y el trigo se cotiza en dólar".
Además de la devaluación del real, la inflación de la mayor economía latinoamericana también se ha hecho eco del vendaval político que sopla en el país y que amenaza con abrir un juicio en el Congreso con miras a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff.
"La crisis política crea desconfianza y, ante eso, los oligopolios aumentan los precios como prevención ante una mayor escalada de la inflación", apuntó Esvael do Carmo.
De acuerdo con el analista, el mercado "tiene recelo de que haya un cambio en la política económica que lleve a la fijación de los precios", una situación "poco probable, pero que en los últimos 40 años ha ocurrido en varias ocasiones".
Y agregó: "la inflación brasileña es una espiral viciosa porque los agentes económicos tienden a ajustar los precios en función de la última inflación, por lo que una inflación alta lleva al año siguiente a otra más alta".
Tras la publicación del índice y tal como recoge la legislación, el presidente del Banco Central, Alexandre Tombini, envió una carta abierta al ministro de Hacienda, Nelson Barbosa, explicando por qué se ha sobrepasado la meta oficial.
En la carta de trece páginas, el titular de la autoridad monetaria destacó el compromiso "para contener eventuales efectos adicionales resultantes de los dos importantes procesos de ajustes de precios relativos (precios administrados y cambio) que dominaron la economía en 2015".
"Esa descomposición evidencia el papel de cada uno de los procesos de ajuste de precios relativos", como el caso "de los precios administrados, cuya variación aislada correspondió a más del 90 % de la meta de inflación para 2015, aun sin considerar los efectos del ajuste de ellos en el resto de la economía", resaltó.
El mensaje puede ser clave para que el Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central, cuya próxima reunión está marcada para el 20 de enero, decida una subida repentina de las tasas de interés, actualmente en el 14,25 %.
Antes de conocer el resultado, Rousseff se comprometió ayer en una entrevista con periodistas a alcanzar para 2016 un reequilibrio fiscal y el control de la inflación como herramientas para retomar el crecimiento de una economía en recesión.
De momento, los analistas privados consultados semanalmente por el Banco Central pronostican para este año una contracción del 2,95 % y predicen que la inflación llegará al 6,87 %.