Por Laura Sánchez
Investing.com - Los datos de empleo en Estados Unidos correspondientes al mes de junio han dado una de cal y otra de arena. Las nóminas no agrícolas subieron en 224.000, en comparación con las 72.000 del mes anterior y las 160.000 que se esperaban. Pero también ha subido una décima (del 3,6% anterior al 3,7%) la tasa de desempleo, algo que no esperaba el mercado.
Las nóminas privadas no agrícolas han subido a 191.000, en comparación con las 83.000 del mes de mayo y las 153.000 esperadas.
El promedio de horas de trabajo semanales se mantiene en 34,4, y los ingresos medios por hora (interanual), en cambio, subieron un 3,1%, una décima menos de lo esperado, pero en línea con el dato del mes de mayo.
Ahora, 'la pelota' está en la Reserva Federal estadounidense (Fed). Esto señalaban esta mañana desde Link Securities: “Si las cifras están por debajo de lo esperado y corroboran de este modo que la economía estadounidense está perdiendo empuje, los inversores van a dar por seguro que el banco central estadounidense bajará sus tipos de interés de referencia en julio. Por el contrario, si los datos son mejores de lo esperado, es factible que haya inversores a los que les entren dudas al respecto, lo que puede provocar ventas tanto en los mercados de renta fija como en las bolsas”. Y añaden: “En este caso concreto, y aunque suene a incongruencia, las malas noticias para la economía son buenas para los mercados”.
Por su parte, José Luis Cárpatos, CEO de Serenity Markets, ha comentado, tras la publicación de los datos, que "el mercado se ha decantado por la decepción, por ver que esto no favorece bajada de tipos, pero hay que seguir atentos porque la digestión va a ser larga".
Así, los mercados europeos mantienen el rojo y los futuros de Wall Street también vienen en negativo.